La paz después del huracán

El Madrid niega un duelo, pero se palpa en el ambiente. Es inevitable. El siniestro total del Etihad fue una herida de las que no cicatrizan de la noche a la mañana. De las que abren un intenso debate. Pero el calendario no permite respiros y Mestalla asoma. Ante esa visita, por si al menos sirve como agua oxigenada, Ancelotti vivió una situación casi inédita esta temporada: tuvo a los 24 jugadores de la primera plantilla. Ni una sola baja; nada. El equipo, en perfecto estado de revista. Tras muchos meses haciendo puzzles, esta vez podrá decidir qué piezas pone y cuáles deja en la caja.

Irá con todos a Mestalla, donde la intención es ganar. Tajante, rotunda. Nada de dejarse llevar o de tener la mente al otro lado del Canal de la Mancha. Desde el club se insiste en que el objetivo es “acabar bien” la temporada y el propio Ancelotti dejó claro que los balances, el 4 de junio. Que todavía quedan cuatro partidos por disputarse y quiere terminar “lo más arriba posible”. Hasta Valencia, este domingo (18:30 horas, Movistar LaLiga), no se podrá someter a la prueba del algodón. Test definitivo para esclarecer si la ambición del equipo sigue intacta; o Mánchester dejó más heridas de las que se esperaban.

Objetivo pichichi

Le quedan pocos horizontes a los blancos, pero siempre aparece alguno. El pulso por la segunda plaza no despierta tanto interés como, por ejemplo, ayudar a Benzema a lograr el Pichichi. Está a cuatro goles de Lewandowski (17 y 21) y, aunque Ancelotti deslizó en su día que era un asunto que no le importaba, tal y como se ha puesto el panorama, gana en relevancia. También que los jugadores que acaban contrato (Nacho, Ceballos y Asensio) den un golpe sobre la mesa. En el caso de Modric y Kroos, todo está encarrilado. Y con Mariano, decidido: no seguirá. Estos cuatro partidos, en los que el Madrid quiere demostrar que es un club antónimo a dejarse llevar, serán sus últimos de blanco.