Betis - Barcelona

La montaña rusa de Vitor Roque

El brasileño vive entre altibajos desde que llegó al Betis y, de momento, justifica las decisiones de Xavi y Flick en el Barcelona. Para Pellegrini, es un fijo.

TONI RODRIGUEZDIARIO AS

Cinco goles en 18 partidos es el balance de rendimiento reflejado por Vitor Roque en esta campaña. Llegó al Betis tras no contar apenas con minutos a las órdenes de Xavi Hernández el pasado curso en el Barcelona y después de no encontrarse tampoco con la confianza de Hansi Flick este verano. En Heliópolis, sus primeros meses se asemejan a una montaña rusa: dejó alguna grata sensación en forma de juego mientras que su pegada se aleja de forma radical de las expectativas. Un cúmulo de incertezas que tampoco deja claro su futuro a partir del siguiente verano, cuando el Betis tenga en su poder una elevada opción de compra y el Barça baraje de nuevo su salida. Él quiere conquistar LaLiga. Y tiene ante el Barcelona la oportunidad de reivindicarse con una versión que no termina de encontrar.

Pellegrini cree que el mejor Vitor Roque aún no entró en escena. Tiene solo 19 años y muestra algunas condiciones que podrían convertirlo en un punta de mucho potencial. En el Betis encontró la mano de Pellegrini, aunque quizás no la diversidad de socios que pueda necesitar para exponer sus cualidades al cien por cien. Pero su aventura continúa y ante el Barça aspira a un papel protagonista que ya desempeñó en otros encuentros. El brasileño encuentra los espacios y las ocasiones. Impone su físico y demuestra compromiso en cada una de sus carreras. Solo la ausencia de eficacia en el remate impide que su inicio de campaña sea notable. Esa falta de gol que tanto acusa el actual Betis.

Vitor Roque fue el jugador que consiguió revolucionar en cierta medida el duelo de Copa del pasado miércoles cuando el Betis sufría ante el Sant Andreu. Puso sus movimientos al servicio del equipo, erró un par de ocasiones claras y tras ello provocó un penalti que él mismo falló antes de que Bartra recogiera el rechazo del portero. Un reflejo del Vitor Roque que aterrizó en Heliópolis. Revoluciona casi cada jugada en la que interviene. Motiva impulsos notables en la presión y se erige como una de las piezas más peligrosas del bloque de Manuel Pellegrini. Pero él quiere más. Quiere con ansias los goles prometidos cuando llegó a LaLiga como uno de los delanteros más prometedores del panorama internacional.

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