La ‘Laminedependencia’ ha llegado para quedarse

Lamine Yamal es ahora mismo el jugador más determinante e influyente de LaLiga. Y no sólo se trata de una cuestión subjetiva para muchos aficionados, sino que se puede corroborar con datos objetivos. El primero y más relevante es que con el joven talento como titular, el Barcelona ha ganado todos sus partidos: 12 titularidades y 12 victorias. Todos los malos resultados que ha cosechado el Barcelona en LaLiga -tres derrotas (Osasuna, Real Sociedad y Las Palmas) y un empate (Celta)- han sido con la ausencia del jugador o empezando desde el banquillo. Con Yamal desde el inicio, el Barcelona ha ganado siempre. Evidentemente, un dato de esta contundencia ya refleja claramente el grado de dependencia que hay en el equipo con respecto a Lamine.

Y es que su incidencia en el juego va mucho más allá de sus goles (5) y asistencias (8). Su presencia en el campo no sólo garantiza desequilibrio, recursos, versatilidad y profundidad en la banda derecha, sino que obliga al rival a retroceder dos o tres pasos, encerrándose atrás y convirtiendo en una misión casi imposible llegar en condiciones al área que defiende Iñaki Peña.

A sus 17 años, Yamal es ahora mismo la pieza angular del proyecto de Flick. El corto período que estuvo de baja por culpa de unos problemas en el tobillo derecho, coincidieron con la peor racha desde que aterrizó el técnico alemán, llegando a dilapidar buena parte la ventaja que tenía en la clasificación respecto al Real Madrid y el Atlético.

Y es que a Lamine no sólo hay que valorarlo por lo que hace en el campo, sino también porque mejora al resto de sus compañeros. Jules Koundé es otro cuando no esta Yamal y qué decir de Robert Lewandowski, que jugó ante Las Palmas uno de sus peores partidos de la temporada.

Evidentemente, el riesgo que existe ante un talento tan descomunal en la plantilla es que se genere un grado de dependencia entorno a él que sea muy difícil de gestionar. Si a los 17 años se encuentra ya en la cúspide de la pirámide, qué puede suceder cuando tenga dos o tres años más. Este grado tan radical de exposición preocupa y ocupa en el seno del club, consciente que se puede convertir en una mochila demasiado pesada para un jugador tan joven.

Ahora mismo, dentro de la plantilla, sólo Raphinha y Pedri han sido capaces de dar un paso adelante en la ausencia de Yamal. El resto de futbolistas, por un motivo u otro, han visto afectado su rendimiento. Algunos de una manera superlativa, como en el caso de Koundé, que ha bajado prestaciones de forma alarmante, con el error gravísimo ante el Celta como epítome, mientras que otros como Lewandowski han visto titubear su eficacia goleadora.

Y si en LaLiga esta dependencia es absoluta, en la Champions también sigue los mismos derroteros. La única excepción fue el partido ante el Mónaco, donde el Barcelona perdió (2-1) con Yamal en el once. Pero también es cierto que hay dos salvedades que conviene apuntar: la primera es que el equipo de Flick jugó casi 80 minutos en inferioridad numérica por la expulsión de Eric García y la segunda es que Yamal marcó el gol de los blaugrana.

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