La estabilización de los extremos

En fútbol todo puede cambiar en un giro mal hecho, en un tiro a puerta desgarre un abductor o una hiperextensión que alargue más de la cuenta un cuadríceps. Pero no solo se circunscribe al físico, una mala racha unida al mejor momento de un compañero —ya decía Paco Herrera que no se sabe cuándo se entraba ni cuándo se salía de ellas—.

Dentro del proceso de reajuste de la plantilla de Las Palmas tras el aterrizaje en Primera lo primero en estabilizarse fue la defensa, los Mármol, Suárez, Cardona, Coco —con la apariciones de Araujo—. A la zaga le siguió el mediocampo, Perrone, Kirian, Muñoz y Loiodice a la espera de su turno. En este proceso de consolidación parece que los extremos se están empezando a quedar con cara de Marvin Park y Moleiro.

En el caso del primero, son ya cinco los partidos que Marvin Park lleva encadenando como titular con Las Palmas, una racha que multiplica por dos y medio la mejor que tuvo la pasada campaña. Precisamente, el canterano madridista fue incluso exhortado por García Pimienta como uno de los jugadores que debían exigirse ser titular por su pedigrí y condiciones. Sin embargo, no ha sido hasta esta temporada cuando ha alcanzado el rol que ya visualizaba el técnico.

Por otro lado, Alberto Moleiro llegaba con el rol de potencial titular, por su carisma dentro del campo y por su currículum dentro de la casa. No obstante, la lesión sufrida por la joven perla, desde agosto hasta octubre, además del cambio de categoría abría la puerta para que otro compañero agarrara la vacante, le complicara su asalto al once y se viera relegado a un revulsivo de quilates durante un tiempo. Sin embargo, la situación de Viera que partía en ocasiones desde su demarcación más la ausencia de cristalización de los Pejiño, Munir o Marc Cardona en aquel lado le allanaron el camino. Además su primer minuto ante el Rayo dejó claro que la LaLiga EA Sports no se le quedaba grande.

Así pues, en este último periodo se ha visto la consolidación de unas alas del ataque amarillo que comparten juventud, velocidad y verticalidad. Pero que mientras por la derecha con Marvin Park se busca la línea de fondo como destino final, y desde ahí buscar un compañero que llegue de frente y remate, como ocurrió ante el Almería en el 0-1. Por la izquierda cambia la idea, la línea de fondo se deja a Sergi Cardona —cuando no lo hace como lateral invertido y el catalán se coloca en la mediapunta— y Moleiro tiende hacia la diagonalidad al interior y desde ahí buscar a algún compañero —como en el 1-0 ante el Atlético— o para mirar a la portería —como ante Osasuna en el 0-1—.

Así pues, García Pimienta en el proceso lógico de las temporadas parece haber encontrado cierta estabilidad en estas dos demarcaciones. Aunque las incorporaciones de Sandro Ramírez y Pejiño —en la recta final de su regreso al césped— pueden mover el tablero de la U.D. o cuando menos añadir competitividad a los Moleiro y Marvin Park quienes parecen haber ganado por el momento una plaza en el once.

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