La defensa pide ir al mercado
De los cuatro centrales, sólo Militao (26) no llega a la treintena. El resto de líneas están cubiertas en clave futura. Rüdiger, Alaba y Nacho ya están en territorio de renovación anual.
La experiencia es un grado. Más si cabe para un defensa central. Pero hasta cierto punto. El tanque de gasolina no es eterno y en el Real Madrid son conscientes. Desde el club blanco se han resistido a acudir al mercado cuando la emergencia latía con fuerza, a pesar de un contexto que derivó en Carvajal (estrenando demarcación en su partido 400) acompañando a Nacho contra el Atleti, pero es inevitable que la secretaría técnica blanca otee el horizonte en clave futuro. Próximo, además, porque de los cuatro centrales de la plantilla, sólo Militao sigue instalado en la veintena. La “emergencia absoluta” del derbi, donde el juego aéreo terminó siendo rémora como se vaticinaba cuando ya parecía esquivada la bala (Marcos Llorente cabeceó a la red de Lunin sobre la bocina), no hace sino potenciar esta realidad.
El cuarteto de candados de Ancelotti promedia 30,2 años. Militao alcanzó los 26 el pasado 18 de enero. Mismo día en que Nacho sopló 34 velas. Mientras que Rüdiger va camino de los 31 (3 de marzo) y Alaba volverá de su lesión con 32 (los hace el 24 de junio). El póquer de centrales de Ancelotti no es dudoso. Tiene carrete. Así se explica la supervivencia en un escenario alarmante donde la pareja de la 14 ha compartido infortunio aunque timing ‘sólo’ entre diciembre (Alaba se rompió el cruzado ante el Villarreal) y el momento en regrese Militao (se baraja marzo). Pero también fecha de caducidad. La estrategia de mercado no puede ser antónima a la seguida del centro del campo en adelante.
Tanto Rüdiger, el káiser que ha sujetado la zaga, como Alaba y Nacho están ya en el territorio regido por la ‘regla de los 30′. En el Real Madrid hace tiempo que alcanzado ese umbral, las renovaciones se negocian año a año cuando el contrato anterior expira. Nacho ya lo ha paladeado y lo volverá a hacer a final de temporada. Tendrá que madurar su decisión (”si mañana quiero firmar la renovación, lo puedo hacer”, reconoció en la previa de la final de la Supercopa). Rüdiger y Alaba, aterrizados ya olfateando la treintena, terminan contrato en 2026 y la temporada venidera será el momento de ponerse serios al mirar al contrato. Sin olvidar la dificultad de la recuperación de una lesión como la sufrida por el austríaco.
Repetir estrategia
La columna vertebral está más que trazada de la sala de máquinas hasta la vanguardia. Tchouameni (24 años), Valverde (25), Camavinga (21), Bellingham (20), Arda Güler (18), Brahim (24), Rodrygo (23), Vinicius (23) y Endrick (17) en camino. Los cuartos se han ido destinando a otros menesteres, también marcado por la llegada (o no) de un Kylian Mbappé (25) que es el crack anhelado o un Haaland (23) que se vislumbra como plan B. Todos menores de 25. Mientras que Militao es el central más joven a sus 26 años. Para la próxima temporada vuelve un Rafa Marín (21) ya curtido en primera en Vitoria. En el Alavés ha demostrado mimbres de central de élite y el Madrid cuenta con él para la 2024-25. Ya tomó vuelo su nombre cuando cayó Alaba pero no fue más allá.
No obstante, toca repetir estrategia con el resto de demarcaciones más allá de incorporar al sevillano. Buscar perfiles prometedores mientras el rendimiento de los veteranos siga a prueba de bombas. El mal fario ha sido compañero de viaje de los centrales blancos esta campaña y la situación ha sido extrema, pero desde el club blanco no se quiso dar un paso en falso ni parchear la posición. Muestra fehaciente de que internamente se valorará hasta el mínimo milímetro qué zaguero incorporar. AS ya informó del interés en Gonçalo Inácio, central de 22 años del Sporting de Portugal. Ese es el molde. Ese es el plan, aunque mirando el bolsillo (el portugués está valorado en 60 millones de euros). No patinar por precipitación. Pero la defensa pide ir al mercado. Es una necesidad para que el derbi sea el oasis y no el desierto.