LALIGA

La amenaza ultra crece

“Estos grupos se están rejuveneciendo y no hay un plan para erradicarlos. Se está fracasando”, afirma Ibarra, del Movimiento contra la Intolerancia. Antiviolencia alerta del aumento de radicales.

FILIPPO MONTEFORTEAFP

EI fenómeno ultra vuelve a preocupar a España. Los incidentes del derbi madrileño han devuelto el foco a un problema que no se termina de erradicar y que, según los expertos, va en aumento. “Este auge de violentos está sorprendiendo a todos, aunque era previsible por la falta de políticas”, señala Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. Los últimos altercados provocados en A Coruña por los ultras del Málaga o los del Athletic en Roma demuestran que no son casos aislados, sino una tendencia preocupante. Y encima con nuevas generaciones.

“Durante la COVID hubo una ilusión con que los ultras se iban a disolver por sí mismos, pero mantuvieron una conexión. En muchos grupos se ha producido un rejuvenecimiento y la práctica de emplazarse para pegarse se ha producido estos tres últimos años”, alerta Ibarra. Que señala el problema: “No ha habido una estrategia para erradicarlos. No tenemos un plan. He insistido al CSD, no puede haber solo discursos que se lleva el viento. Los ultras detectan que hay cierto espacio de impunidad, sobre todo para pegarse. No hay una dinámica de detenciones, ni política preventiva. Se está fracasando”.

Aunque el CSD reafirma su compromiso en acabar con estos grupos: “Aunque es un problema global que requiere soluciones conjuntas, en España es fundamental la acción pedagógica y de sensibilización”. Como así afirmó ayer José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del CSD: “Las sanciones deben ir siempre acompañadas de formación en valores cívicos y ciudadanos”. Que profundizó en su idea: “Tenemos que ser conscientes de que tenemos que combatir entre todos la violencia en el deporte. Sea donde sea. No hay que estigmatizar, pero sí dar pasos serios para que el deporte y el fútbol en particular sea un espacio de valores, de competencia leal, donde la pasión por los colores no lleve a nadie al uso de la violencia. La idea de competir con respeto es fundamental. Eso es lo que tenemos que trabajar. Esto no se resuelve sólo con sanciones. Es necesaria la pedagogía, la educación y la colaboración con los clubes y los aficionados”. Además, desde el CSD apuntan a que España está siendo la impulsora de la creación de un marco en toda la Unión Europea para luchar contra estos grupos violentos: “El Gobierno de España participa activamente en el seno del Consejo de Europa, siendo el país impulsor del diseño de una Estrategia contra el discurso del odio en el deporte, con tres ejes: preventivo, de control y de erradicación”.

El perfil de los grupos ultras en España

La Comisión Antiviolencia alerta en su última memoria (la de la temporada 2022-23) que “la presencia local de seguidores potencialmente violentos ascendieron respecto a la temporada anterior”. En la campaña 2021-22, el número de ultras locales estaba fijado en 44.368; en la 22-23 ascendió a 75.059. Un crecimiento de 30.691 en un solo año. La dinámica apunta a seguir subiendo. En cuanto al desplazamiento de grupos de riesgo, Antiviolencia cuantifica que la cifra está cercana a los 6.500, con un crecimiento en Segunda (de 2.599 a 3.959).

“Hay clubes con grupos ultras muy duros, como los del Atlético, Sporting y Rayo... El 80% de los clubes tienen grupos ultras”, explica Ibarra. Detalla el perfil que hay en España: “Viene a ser gente de 20-25 años, aunque hay algún veterano. Son gente transversal, que puede pertenecer a cualquier grupo social, pero sí que se observa una afinidad ideológica: neonazis, independentistas o ultra izquierda. Es un elemento que va a estar presente en los enfrentamientos”. Y añade: “Se necesita una política destinada a erradicar estos grupos que están haciendo mucho daño al fútbol y a la sociedad. Cuando se cultivan estos comportamientos, no se quedan en el estadio, se trasladan a las calles. Los clubes tienen una enorme deuda con la sociedad, porque les albergan. Aunque ellos solos no pueden solucionar este problema”.

Integrantes del Frente Atlético, durante el último derbi madrileño.Florencia Tan JunGetty Images

En esa situación se encuentra el Atlético, que ha pedido ayuda para acabar con estos grupos ultras. Aunque la actitud de los clubes está en el foco. “Deben acabar con los privilegios que tienen estos ultras. Tienen más privilegios que las peñas. Tienen hasta gestos de reverencia con ellos, como los del otro día del Atlético. Es una grandísima inmoralidad que el equipo y los jugadores rindan homenaje a la gente que había estado lanzando objetos. Dicen que no les reconocen, que es no decir nada, pero tus jugadores y entrenador van a saludarles y rendirles pleitesía...”, recrimina Ibarra. Que añade: “Hay temor de los clubes con sus ultras. No tengo ninguna duda de que no quieren problemas con ellos porque pueden bajar al campo o reventar un partido. La tendencia es llegar a un entendimiento para que si hay incidentes se planteen fuera, pero los clubes son responsables de lo que sucede en los aledaños de sus estadios”.

España, pese a que vive un aumento de violentos, no está en las cotas de Europa. Aunque en nuestro país, como sucede en Italia, Francia, Alemania y Holanda, los actos violentos son el incidente más habitual que se registra. De ahí que haya alerta, como dice Ibarra: “No llegamos al hooliganismo inglés ni a la bronca de los países del Este, pero todo se pega. Los países más duros acaban siendo los referentes para todos. Ese es el riesgo que tenemos. Si no lo detenemos, la situación va a crecer”.

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