La alarma volvió a sonar a la media hora

Quedaba claro desde los primeros instantes del encuentro ante el Mallorca que Las Palmas había matizado parte de su habitual puesta en escena. “El plan B es mejorar el plan A”, ha afirmado García Pimienta en varias ocasiones. ¿Y cuál es era la mejora? En lugar de ir a presionar alto a sus rivales e intentar asfixiar cerca del área mallorquinista a la saga la hora de sacar la pelota para robar cerca del área, los grancanarios retrasaron al centro del campo su primera línea de presión. Y evitar espacios a la espalda.

El propio capitán de la Unión Deportiva, Kirian, confirmó que lo que se vio en el campo en la primera mitad formaba parte de la idea de juego. “Sabíamos que en los primeros 20-25 minutos iban a salir muy fuertes arriba, nos iban a presionar bien, entonces tomamos la decisión de intentar la segunda jugada, de quedarnos allí, de que pasaran los primeros 20 minutos sin encajar gol”, explicaba tras el partido.

Y tiene sentido esa idea, porque la U,D, llegaba a Son Moix en mitad de una racha de siete partidos consecutivos perdiendo, en los que, además, había encajado siempre en la primera mitad. Salvo ante el Barcelona. Cosas del fútbol. Así que no parecía descabellado pensar que parte del punto de giro que necesitan los canarios pueda residir en alcanzar el descanso con la portería a cero. Máxime cuando en este lapso de encuentros, tan solo ha anotado un tanto, y a balón parado. “No es que no hagamos goles, sino que hacemos muy pocas ocasiones de gol. Eso nos está penalizando mucho”, explicaba el técnico tras el partido ante el Mallorca.

A todo ello, se le unía la ausencia de los dos laterales izquierdos de la primera plantilla, Sergi Cardona y Daley Sinkgraven —uno por sanción y otro por lesión— y se le sumaba que Perrone no viajó. Por lo que Mármol formó de tres, realizando un buen encuentro, y la solución en la medular fue la de volver al comienzo de los buenos tiempos, con Kirian de pivote escoltado por Muñoz y Loiodice en los interiores.

Así que en Mallorca, los canarios intentaron empezar a crecer desde la defensa, porque a través de ella llegó a Primera y con la que, a pesar de perder ocho partidos de forma consecutiva, le ha permitido depender de sí misma a falta de tres partidos.

No obstante y a pesar de una imagen relativamente positiva, dentro del contexto del derrumbe en el que anda metida, le volvió a ocurrir lo que en los cuatro partidos anteriores cuando llega más o menos la media hora de juego: la carroza se convierte en calabaza. Gol del Mallorca en el 29′, de la Real en el 33′, del Girona 26′ y contra el Celta en el 36′. Esta vez Gio González encontraba un balón suelto tras un centro muy pasado y de nuevo rebote embocaba a puerta y tiro que llegaba toneladas de veneno.

De un plumazo, el plan se cayó, y de nuevo a la media hora. De poco sirvieron los intentos de Las Palmas por intentar tirar la muralla bermellona, porque la pegada parece casi extinguida, tan solo Moleiro es capaz de aportar con regularidad verticalidad y peligro. Cerca, muy cerca, estuvo de marcar pero como comentó Kirian, a Las Palmas ya no le sale “cara”.

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