Kike García lidera la fiesta del gol en Mendizorroza

EI efecto Mendilíbar se diluye. No ha rascado su Sevilla ni una victoria en sus ocho últimos partidos (4 empates y 4 derrotas) y sus decisiones en Mendizorroza son más que cuestionables. Lo bordó en sus 12 primeros encuentros (una sola derrota y 8 triunfos ) y su carita tras la debacle en Vitoria lo decía todo. Es para preocupar: el equipo nervionense no empezaba una Liga con dos derrotas desde 1996, y por entonces acabó en Segunda. Descalabro en la fiesta del gol durante el regreso del feudo babazorro a la élite: 7 dianas en total.

El de Zaldíbar formó a Kike García en el Eibar y el conquense se lo pagó con dos goles. Cría cuervos y… 15.308 espectadores, 500 de ellos sevillistas, disfrutaron de un gran partido. La primera mitad fue trepidante, con cuatro goles en 53 minutos. Benavídez entró por Blanco, Alkain fue titular y Kike García también entró en el once. El Sevilla se plantó con señorío sobre el terreno de juego, con dos jugadores que combinaban como los ángeles: Ocampos y Lamela. La afición volvió a protestar por el fútbol en los lunes y, durante los primeros tres minutos, mucha gente estuvo de espaldas.

Pero el partido había que verlo, degustarlo y sufrirlo. El Sevilla empezó con más prestancia, con buenas combinaciones y llegadas peligrosas. En el 7′ Rioja se sacó un buen remate y adelantó a los suyos. Salas no acabó de sacar una pugna en el córner y Guridi acabó asistiendo al sevillano, que lanzó un disparo cruzado al que no pudo llegar Dmitrovic. Pero el equipo de Mendilibar tiene mucho talento y fluidez en el juego. Además, es muy peligroso en las jugadas de estrategia.

Córner, Ocampos peina, Lamela remata y Abqar, en el segundo palo, ve como el balón le rebota y acaba entrando. Empate a 1. A partir de ahí, en la primera parte, los albiazules gozaron de más cantidad de ocasiones, en las botas de Alkain (19), Kike García (24) y Guridi (25) pero el que tiene pegada real es el equipo del Nervión. Así lo demostró Lamela en el 41′ con un disparo ajustado que pegó en el palo. Su zurda es de oro y ya había amenazado antes con un tiro al poste. Cuando todo parecía que terminaría con ese resultado llegó el zambombazo desde fuera del área de Rubén Duarte que volvió a poner el empate en el tanteador. El balón también besó levemente la madera. Fútbol intenso, exuberante y siete minutos de descuento por la pausa de hidratación y las celebraciones de cuatro goles.

Mendilibar, que arriesgó poniendo a Salas en defensa de inicio, cambió la idea del partido tras el descanso metiendo a Fernando y Pedrosa en detrimento de Rakitic y Acuña. En apariencia, ilógico. El ritmo de la primera mitad no se vio en la reanudación pero, para el minuto 54, el Glorioso ya ganaba por 3-2 gracias a un pase de Rioja peinado por Guridi y rematado de cabeza por Kike García. El Alavés se desató y cuatro después llegó el segundo de manchego con un pase filtrado y un disparo muy bien cruzado al lado de la madera.

A partir de ahí, el Alavés se pertrechó atrás (terminó con cinco defensas) y el Sevilla, con un En Nesyri desconocido, se fue descosiendo. La ocasión más clara la tuvo Fernando, con un disparo demasiado cruzado. De la Fuente pudo hacer el quinto pero el que marcó un tanto de museo fue Rafa Mir, que venía del banquillo. Desbordó a Gorosabel y metió una rosca al segundo palo que superó a Sivera. Ya no quedaba tiempo para más. Mendizorroza regresa a Primera por todo lo alto. El Sevilla, que tuteó a un supercampeón de Europa como el City días atrás, hizo el ridículo ante un equipo que estaba en Segunda hace poco más de dos meses. Uno puede tener calidad, pero sin sudor, aquí no se doblega a nadie. “Nos han ganado porque han corrido más que nosotros durante todo el partido, sólo con la calidad no es suficiente”, acabaría diciendo su entrenador.