Kepa gana crédito

Si viajan a Ondárroa y preguntan por Kepa, les sonreirán y dirán: ‘Bakoitzak bere zoroa bizi du’. No se molesten en traducirlo. “Cada uno vive su propia locura”, significa. Una expresión popular que para el portero es un tatuaje. Y sólo bajo él, se explica el salto al vacío que supone fichar por el Real Madrid... para suplir a Courtois. Un astro imposible de eclipsar. Un harakiri deportivo. Kepa, que tenía los billetes a Múnich comprados, los partió en mil trozos y puso rumbo a Madrid. “La cesión se cerró en dos llamadas de teléfono; muy rápido”, confesó a este periódico. No dudó, cómo hacerlo, si no tenía dudas. Y desde entonces vive un sueño, aunque empezase con epílogo de pesadilla.

Porque los primeros partidos de Kepa sembraron una cosecha de dudas. A los 3 minutos de debutar, gol del Celta y salvado por la campana del VAR (que lo anuló por una falta previa). A partir de ahí: gol del Getafe, gol de la Real Sociedad y triple zarpazo en el derbi. Transitó sin errores groseros, pero también sin porterías a cero. Y el principal problema era el que le acompañará todo el año: la comparación con Courtois. Aquellos ‘esa Courtois...’ o ‘ahí con Courtois...’ que son un murmullo, pero molesta como gritos. Inquieta. Kepa tardó en asentarse, pero con el tiempo lo ha ido haciendo y, ahora, firma un notable. Sus últimos partidos le aúpan: ante el Sevilla hizo cinco paradas, su mayor registro con el Madrid (algunas muy meritorias, como el vuelo ante Ramos) y en el Clásico relució firmeza con dos grandes intervenciones.

Está asentándose, yendo a más, ganando crédito para quedarse, que es lo que quiere. “Lo he dicho (en una entrevista con AS) y lo mantengo: claro que quiero quedarme”, dijo en la sala de prensa de Braga, cuando dio un paso al frente para tomar la palabra. Las circunstancias contractuales reman a favor. Kepa termina contrato con el Chelsea este mismo verano, por lo que será jugador libre para firmar por quien quiera (y gratis). A la par, el Real Madrid no piensa en renovar a Lunin, cuyo contrato termina este 30 de junio. Si todas las partes quisieran, sería una operación fácil. Sólo habría un inconveniente: se quedaría para ser suplente de Courtois. Aunque visto desde su prisma, lógicamente, sería para competir con él. Para intentar sentar al insentable. ‘Bakoitzak bere zoroa bizi du’, ya saben.

Ritmo de Zamora

Ahora mismo es el portero con mejor coeficiente de Primera: 0,78. Una cifra incluso por debajo de la de Oblak (0,89) y Valles (0,91), quienes completan el podio. Conviene recordar que aspiran a ganar el Zamora aquellos porteros que han jugado un mínimo de 28 partidos, con 60′ jugados en cada uno. Kepa, titularísimo en el Real Madrid, va camino de ellos y, con cuatro porterías a cero por el momento, oposita fuerte al galardón. Un premio que sólo ha volado a Chamartín una vez desde 2008: cuando Courtois lo ganó, en la temporada 2019-20.

Desafío España

“Suelo seguir la misma rutina cada partido, más allá de aciertos o errores. Analizo cada acción; soy de los que cree en el constante proceso de mejora. Ni me machaco cuando las cosas van mal, ni me pongo por las nubes cuando van bien”, apuntó. Y con esa mentalidad de mejorar cada día, va siendo mejor portero. Ganándose al público de Chamartín... y aspirando a la portería de La Roja, en estos momentos de Unai Simón. “Claro que me gustaría, pero es pregunta para el seleccionador. Yo estoy listo”, opina. Ausente para Luis Enrique (prefería a Raya y Robert Sánchez), ha vuelto con De La Fuente, pero no se hace con el puesto. Fue titular cuando Unai se lesionó, lo que demuestra que es el siguiente en la carrera, pero no logra dar sorpasso. Aun así, no baja los brazos. Un portero que aspira a quedarse para competir con Courtois es, como poco, tenaz por naturaleza. Eso va en la sangre de aquel que creció en Ondárroa.

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