R. MADRID-GRANADA | MIGUEL RÍOS

“Jude Bellingham es inabarcable, es el Bruce Springsteen del fútbol”

Miguel Ríos (Granada, 1944) tiene el corazón ‘partío’ entre el equipo nazarí y su Madrid, al que se aficionó de niño gracias a unos cromos. Lo recuerda todo en AS.

RAFA APARICIODIARIO AS

No es inmortal, pero lo parece. Miguel Ríos (Granada, 1944) sigue exprimiendo el jugo de la vida. El rockero español por excelencia sigue fiel a sus pasiones. Futbolero empedernido, el Madrid y el Granada han acompañado desde niño cada uno de sus pasos. Devoto de Elvis y admirador de Di Stéfano, el autor del Himno a la alegría seguirá, con cariño dividido, la cita del Bernabéu.

¿Cómo le va? ¿Sigue a caballo entre Madrid y Granada?

He acabado la gira del 40 aniversario del Rock&Ríos y ya estoy envuelto en un proyecto con mi fundación. Cuando estás camino de los ochenta todo es tiempo límite. Resido mayormente en Madrid, pero estoy en un perenne retorno a Granada.

¿Ve mucho fútbol?

La oferta en las plataformas es tan invasiva que tengo que racionarme. Al Granada y al Madrid los veo siempre, y si coinciden con un bolo los grabo para verlos después.

¿Este fútbol o el de antes?

Nunca el fútbol ha sido tan eléctrico, tan atlético e industrializado, pero la emoción que sentía viendo al Madrid en el NO-DO sigue viva en mi memoria. Es imborrable.

“Vinicius es puro rock and roll y lucha por unos derechos que todos debemos defender”

Miguel Ríos, en AS

Usted pudo jugar con Di Stéfano y Puskas. ¿Cómo fue?

Carambolas de la vida. Lo recuerdo como un sueño: el chico que jugaba a las chapas con el equipo del Madrid en su tierra, años después compartió pelota con sus ídolos. Ya estaban retirados, pero todavía jugaban para divertirse en la antigua ciudad deportiva. Yo era socio del Madrid y a veces coincidía con ellos en el campo. Eran muy competitivos. Puskas me llamaba “cantamañanas” y Di Stéfano, “tigre”. Ellos tenían unos 20 años más que yo, pero venían a quitarte el balón, aunque fueses su compañero. Tuvo un valor simbólico enorme. Fueron mis días de vino y rosas.

Elvis fue su inspiración ¿Quién fue el Elvis del fútbol?

No tengo que pensarlo mucho. Don Alfredo Di Stéfano.

¿Y quién sería Messi en la historia de la música?

Little Richards, por inmenso y por bajito.

¿Y Cristiano?

Jerry Lee Lewis, por la chulería.

¿Bellingham es el Boss?

Sí, es una buena comparación. Bellingham podría ser perfectamente el Springsteen del fútbol. Ambos parecen inagotables e inabarcables. Dos tipos honestos, dos fenómenos.

¿Y Vinicius?

Es puro rock and roll, por estilo y por valentía, sobre todo sabiendo que el rock and roll lo inventaron los negros. Es creatividad y lucha por unos derechos que debemos defender.

Dice Pepe Mejías, leyenda del Cádiz, que Rodrygo es mejor...

Rodrygo es un genio, pero, siguiendo con la comparación musical, es un jugador más pop.

Miguel Ríos, en una imagen de archivo.RAFA APARICIODIARIO AS

¿Qué solista le vendría mejor al Madrid: Haaland o Mbappé?

Yo creo que Haaland es más conveniente. Pienso que el asunto Mbappé se ha convertido en un culebrón y me da la impresión de que este Madrid puede hacer una plantilla homogénea con el noruego.

¿Los viejos rockeros nunca mueren va de Modric y Kroos?

Era más para Chuck Berry, Fats Domino y los pioneros del rock and roll, pero les viene que ni pintado. Un par de inmortales dando lecciones de elegancia y pundonor en cada partido.

“Jugadores como Bryan Zaragoza emergen en equipos modestos para darnos placer, es fútbol callejero de siempre”

Miguel Ríos, en AS

¿Qué futbolista de ahora le emociona o le entusiasma?

Yo corría detrás de la pelota en la placeta donde nací, ahora está llena de coches y los niños están con los móviles. Pero siempre habrá futbolistas creativos que parecerán salidos del potrero, aunque crezcan en las ciudades deportivas. Supongo que va en los genes. De pronto, jugadores como Bryan Zaragoza emergen en modestos para darnos placer. Es un gran ejemplo del fútbol callejero de siempre.

¿Vio a los Rolling Stones en el palco del Clásico?

Ese mismo día yo canté en el Palau de Sant Jordi, tres horas después del partido. Yo cantaba en silencio Hey Jude, por los goles de Bellingham, con una inmensa alegría. Me gustaron los mensajes en las camisetas del Barça. Echando la vista atrás, me emocionó hasta la envidia el de “Barça per la pau” (“Barça por la paz”), antes de la guerra de Irak. Me habría encantado verlo en el Madrid.

Beatles y Stones, Madrid y Barça. ¿Quién es quién?

El Barça, por su intento de jugar un futbol armónico, serían los Beatles, y el Madrid de la Champions sería muy Rolling Stones. Sus arrebatos hacia la gloria son más hard rock.

Xavi está cuestionado. ¿Es normal?

Para mí es patrimonio del fútbol. Un fantástico futbolista y campeón del mundo, casi nada. Por ahora, la ruina del club lo condiciona.

Piqué dijo que nadie recordará la última Champions del Madrid...

Se ha convertido en un polemista profesional. Hay gente que le gusta arrastrar la incomodidad de la controversia porque conviene a sus propósitos comerciales. Hay gente pa tó.

¿Tiene usted ídolos?

Dos, tengo el corazón partío entre Di Stéfano y Elvis.

¿Es cierto que se hizo del Madrid por unos cromos?

Sí, a mi mejor amigo su hermano emigrado a Barcelona le mandó los cromos del Barça, y yo compré los del Madrid para rivalizar. Ahí nació mi pasión.

¿Pero es del Madrid o del Granada? ¿Puede elegir?

El ruido es diferente, pero los dos me duelen y me alegran.

Champions para el Madrid, pero baja el Granada. ¿Firma?

Me niego a ese chantaje emocional. El escenario idílico es que el Madrid gane la Champions y el Granada la Liga. Ya sé que es un imposible, pero soñar es gratis.

¿Se ve actuando en el nuevo Bernabéu?

Es difícil. Es demasiado arroz para este pollo.

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