Juan Antonio Añíbarro: “Si vende Ronaldo me gustaría que entrara gente de aquí”
El abonado número 1 del Real Valladolid repasa algunos aspectos del club en As y pide poner los medios para permanecer en Primera.
Juan Antonio Añíbarro (nacido el 10 de octubre de 1931 en Valladolid) es historia viva del club de fútbol de la ciudad. A sus 93 años mantiene una mente brillante, cuenta sus vivencias como si hubiesen ocurrido ayer y desprende un amor a los colores digno de elogio. Es el abonado número 1, con más de 80 años viviendo y sufriendo por su Real Valladolid, y no pierde la esperanza de lograr la permanencia esta temporada y de ver la tercera final de Copa.
¡Feliz Navidad!
¡Feliz Navidad!
Don Juan Antonio, el otro día, en la entrega de insignias del club, usted me emocionó cuando dijo que uno de sus mejores recuerdos era el primer ascenso del Real Valladolid (temporada 1947-48). ¿Por qué?
Pues porque entonces me parecía imposible. Veníamos de tercera división y en un año y pico subimos y entonces encontrarte con eso. Teníamos un temor, porque digo y “cómo vamos a ganar al Athletic de Bilbao”. Entonces era el superequipo de España que tenía un una afición en todo el país muy grande. Y estuvimos 10 años seguidos en Primera.
¿Los demás ascensos no los ha celebrado tanto usted?
No, aquel fue una sorpresa tan grande... Hombre, siempre quieres estar con los mejores, pero esto de ahora de subir, bajar todo el tiempo... Yo creo que me van a dar también un premio por ser el el abonado del equipo que más veces ha subido y ha bajado de Primera a Segunda división (sonríe).
¿Usted como recuerda aquel tiempo? Porque ahora hay 24.000 abonados, pero por aquel entonces...
Es impresionante. Yo cada vez que pienso en eso me quedo impresionado. Yo he sido de la junta directiva también con don Fernando Alonso y entonces, cuando bajaba el equipo, nos quedábamos en 8.000 socios. Y ahora pues no, se mantiene el apoyo. En el último descenso no hubo un éxodo, sino que hasta hubo algunos más. A mí me parece un milagro, porque antes estabas tiritando cuando estabas en la junta y descendías. Tiritando siempre. Porque entonces la situación económica era otro sistema y siempre estábamos de números rojos.
¿Pero mejor o peor? Porque ahora es verdad que parece que hay mucho dinero, que hay mucha tele...
Pero es que hay que partir de una base más profunda, bueno, como lo queramos llamar. Y es la evolución que ha tenido el juego. El juego cuando lo inventaron los ingleses era 11 contra 11 y a ver quién marcaba más goles.
Correcto...
Y entonces quedaba un portero, dos defensas, tres medios, cinco delanteros y atacar, atacar, a ver quién marcaba más goles. Era en un fútbol precioso, técnicamente los jugadores no tenían la calidad que tienen ahora, porque ahora ya todo está medidito y todo se sabe ya. Y entonces allí, pues claro, era precioso el fútbol. Y ahora, mira, cuando se me ponen a pasarse el baloncito en medio del campo, digo pero hombre, por Dios, si esto no, esto no tiene nada que ver.
Nos cuesta verlo, ¿no?
Nos cuesta entender ese fútbol, pero vamos, el fútbol sigue teniendo la garra que tiene y, además, económicamente no se puede estrujar más de lo que lo estrujan con el partido del viernes, el del lunes a las nueve de la noche, a las dos de la tarde el fin de semana. Eso es lo que sienta mal.
Para el abonado número uno, ¿cuál es la vinculación que encuentra usted del Real Valladolid con la ciudad?
Yo considero que es importantísima. Y desde luego cuando está en Primera división es otra cosa. Viene gente de todos los lados y gente de mucha categoría, muchas veces de Barcelona, de Bilbao, de Madrid, mucha importancia. Hombre, en Segunda también tiene la la cosa del regionalismo, que siempre tienen ganas de zurrarnos los de Burgos, de León... Eso que es lógico, siempre ha sido así y, de momento, no parece que vaya a cambiar. La verdad es que el fútbol ha tenido una evolución que ha sido la natural, la que ha tenido que llevar, pero a mí me gustaba más el fútbol antiguo que este. Era más bonito, más brillante.
Siga...
Hay que reconocer que si ponemos un equipo actual con otro bueno de otras épocas, seguro que ganaba el de ahora, es un fútbol completamente diferente. El de ahora ganaría sin ninguna dificultad porque tienen una técnica superior, la preparación física de ahora es tremenda, ya que les meten una caña... así están de fuertes. Pero ya digo, el fútbol sigue teniendo el atractivo de siempre.
Y me contaba usted antes que sigue yendo al estadio, que sigue sufriendo.
Sí, sí, sigo sufriendo, sigo sufriendo. Yo lo vivo con mucho nervio, mucho nervio. No soy buen espectador, prueba de ello es que me invitan a ir al palco, pero ahí tienes que estar calmado. Alguna vez he ido por compromiso, pero yo me levanto enseguida y allí están todos quietos. Yo no tengo hijos, pero tengo muchísimos sobrinos y todos son muy futboleros, entonces tenemos una zona de la tribuna en la que estamos todos, estoy con ellos, me traen, me llevan. Es muy agradable. Tenemos que hacer lo que sea para quedarnos en Primera, es fundamental, con los pocos años que quedan para el centenario había que hacer una gran historia del Real Valladolid. Es imprescindible porque es importante llegar a los cien años cuando hemos pasado por Tercera, en campos de tierra, como Getafe, donde le tiraban arena a los jugadores a los ojos en los corners en Las Margaritas, por ejemplo...
Usted, que ha vivido casi todos los años del club, lo de las sociedades anónimas, ¿cree que ha mejorado o ha empeorado el fútbol?
Como espectáculo, ya hemos comentado que me gustaba más antes, pero ahora ha evolucionado así y hay que cogerlo como viene. Yo voy a confesar que no me gustó nada cuando se obligó a hacer sociedades anónimas. Esto de que vengan señores, sin vinculación con el club y se hacen con él y luego pueden moverlo de ciudad, por ejemplo... Tendríamos que haberle dado una vuelta entre los socios, pero reconozco que la administración con la cantidad de dinero que se tiene ahora con la televisión es complicada. Por eso es fundamental seguir en Primera.
Usted ha conocido a la mayoría de los presidentes del Real Valladolid, ¿cuál diría usted que ha sido el más importante?
Eso es muy difícil porque cada uno ha tenido unas circunstancias, pero ha habido presidentes maravillosos. Don Ramón Pradera, que estuvo muchos años ahí, no sé cómo lo hizo, convenciendo a jugadores con las cosas que se hacían antes, tuvo mucho mérito. Ha habido grandes presidentes. No me olvido de Gonzalo Alonso, extraordinario, Fernando Alonso creó la base de los jugadores que luego fueron saliendo...
¿Usted nunca se planteó ser presidente?
No, yo no. Porque no me considero con facultades para ser presidente. Un hermano y yo estuvimos en la Junta directiva, estuve de vicepresidente tres años, pero al cuarto ya no me quedé porque estaba abandonando mi negocio. Yo tenía mi trabajo como agente de seguros, con una oficina. Era una responsabilidad muy importante, me imagino estar ahora ahí, con ese dineral que tienen que manejar. Ser directivo o presidente entonces era muy sacrificado, tenía mérito.
¿Cómo recuerda usted la primera vez que vio al Real Valladolid?
Yo no me hice del Valladolid, me hizo mi padre. Él era socio y nos hizo socios a un hermano y a mí el 3 de noviembre de 1940 al Antiguo estadio José Zorrilla (donde se encuentra ahora el Corte Inglés) ante el Arenas de Getxo. Mi hermano murió luego el pobre a los treinta y tantos, si siguiera vivo sería él el número uno porque era mayor que yo. Cuando me casé ya empecé a pagarlo yo. Mi padre fue directivo también, casi de los fundadores.
Ahora hay rumores de venta y le he leído a usted que le gustaría que viniera alguien de la tierra...
Lo ideal sería pequeños accionistas de la ciudad, aficionados del equipo. Si somos 24.000 abonados y compramos una serie de acciones cada uno sería maravilloso, lo idílico. Eso es la imaginación, que funciona, pero eso no parece que pueda pasar.
¿Por qué cree usted que a los empresarios de la zona no les termina de interesar meterse en el fútbol?
Lo han intentado alguna vez, los de las conservas Helios, estuvieron unos años y no salió bien... pero a mí lo que me parece tremendo es lo de Renault, que debería ser su equipo... No sé... me gustaría que entrara gente de aquí, pero...
Y con Ronaldo, ¿cómo le ha ido?
Al principio me dio muy buena impresión, muy implicado... hablo de lo poco que le he tratado. Nos llamaban de vez en cuanto, a mí y a unos cuantos, para consultar por ejemplo, con el problema del escudo, que fue un problema tonto, que no tenía que haber existido. Al final se solucionó como tuvo que solucionarse. Yo no he tenido ningún problema con ellos, siempre me han tratado con el mayor afecto. No los veo mucho porque yo no voy al palco, no figuro mucho, pero yo ya soy muy mayor y me gusta hacer y ver lo que me apetece.
Con toda su experiencia, digamé... ¿Cómo ve al equipo?
A la plantilla le faltan algunas cosas, estudiando bien quiénes la conforman, no creo que sea una plantilla muy competitiva para Primera División. Yo, como aficionado, veo que el equipo necesita un goleador. Tenemos tres delanteros centros y creo que han marcado tres goles y dos de ellos de penalti. ¿Qué es de un equipo si los delanteros no marcan goles? Hay un chico en el Promesas que promete mucho (Arnu)... creo que hay que tirar de él porque para hacerlo mal como los otros mejor quedarnos con los nuestros. Creo que hace falta un mediocentro de los que tire del equipo de atrás para adelante y los lleve en los momentos oportunos. La defensa... el chico este africano (Juma) me parece una adquisición magnífica. Hay que reconocer que en el Valladolid hay un ojo en los últimos años para los defensas centrales... Hay que ver los que hemos tenido (Calero, Salisu, Boyomo)... Pero luego hay que tener en cuenta que esto es un juego, y eso no depende de uno, y por tanto está muy sometido a la suerte. Sólo hay que recordar cómo hemos subido en mayo o con Pacheta... mucha suerte. Creo que hay que hacer unos fichajes para que el equipo vaya para arriba. Necesitamos extremos buenos, que tengan calidad y la demuestren, no como estos que no juegan. Hay que tener mano derecha con estos y que vuelvan a jugar como saben.
Acabamos... planteé usted un deseo para 2025...
Pues esperemos que nos podamos quedar en Primera División y, además, quiero hacer un reclamo público.
Le escucho...
Tenemos que tomarnos más en serio la Copa del Rey. Si eliminamos al Ourense el día 5 de enero nos metemos ahí entre los 16 mejores y a ver si tenemos una alegría. Antes lo hacíamos con mucha facilidad.
¿Usted estuvo en la final de la Copa de 1950?
Claro, que maravilla de equipo teníamos, jugamos contra el Athletic. La perdimos en el primer tiempo, fallamos dos goles clarísimos, sobre todo uno que era solo para empujar el balón y se fue fuera. Luego marcó el Athletic y sus aficionados ya disfrutaban pensando que lo tenían ganado y entonces Coque cogió el balón se fue de todos los contrarios que le salían al paso y marcó en el minuto 85. Ellos se llevaban las manos a la cabeza, ya se veían campeones. Después nos agarró Zarra, en la prórroga, y nos marcó tres goles. Y ahí se acabó todo. Fue una pena.
¿Y de la del 89 ante el Real Madrid? ¿Qué recuerda?
Pues también fallamos muchísimas oportunidades antes del descanso. Me recordaba muchísimo a la otra final. Nos marcó pronto Gordillo y no pudimos empatar. Tuvimos mala suerte ahí porque en las dos lo tuvimos en la mano para haberlas ganado. Una pena. Ojalá pronto juguemos la tercera y sea la definitiva.
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