Isi se reivindica y el Rayo resucita

A los 66 días, el Rayo resucitó. A los 66 días, por fin, ganó. Vallecas se dejó las manos y la garganta para celebrar su regreso y para reivindicar a su héroe, su pichichi, su Isi Palazón. Aridane ejerció el rol de villano cuando abrió el marcador con un gol en propia puerta y a los tres minutos salió el gordo, una volea con su propia banda sonora: “Isi, Selección”. Arrasate cambió el plan y Osasuna reaccionó, gracias también a un golazo de Moi Gómez que devolvió la fe a los rojillos. Los franjirrojos supieron sufrir y, con 40 puntos, ya ven la vida de otro color. Acarician la salvación y aspiran a la séptima plaza, la de los sueños, la del suspense, la del Athletic. Los de Iraola adelantan a Osasuna en la clasificación, a quien esta derrota sólo amarga un poco la dulce semana de la final copera. Ahí es donde ellos tienen otra vía para Europa. Más directa, más épica.

Los “rellenadores de horarios”, como se autodefinió certeramente Iraola, volvieron a estar arropados por su gente. Vallecas colgó el cartel de ‘No hay billetes’, algo habitual en este 2023. Osasuna descorchó el partido con una falta colgada por Moncayola, que Camello supo tapar para que Pablo Ibáñez no rematara. Sin embargo, Fran García puso el uyyyy en la grada. El lateral rayista —recuperado de sus molestias en el hombro— metió la directa, dejando atrás a Kike Barja, y armó un zurdazo que detuvo providencial Aitor Fernández. Ambos contendientes se repartían el balón, las llegadas, la presión... La cita estaba igualada en esos primeros minutos, aunque los franjirrojos transmitían más sensación de peligro. Para eso son especialistas en la guerra de guerrillas.

Aridane cortó cualquier conato de incendio. Lo hizo con Camello, con Trejo... No obstante, los rojillos enseñaron la patita y obligaron a Dimitrievski a firmar una doble parada. Primero despejó un centro-chut desde el flanco izquierdo y después, sacó de nuevo los puños para desviar el rechace que había cazado Nacho Vidal. Ese aviso espoleó a los locales, que desdibujaron a los de Arrasate, quien pedía a los suyos una marcha más. Y en esas lo intentaba Camello. Lo intentaba el Rayo, consciente de que tenía a la presa donde quería. Ahí apareció el capitán, para sujetar el timón y desplegar las velas. Eso sí, Aridane hizo que el viento soplara a favor. Y es que Balliu se la puso a Isi, cuyo tiro, con la pierna mala, no llegaba a destino. Lo prolongó Trejo y el defensa rojillo, tratando de despejarlo, lo mandó para dentro.

El fútbol unas veces te da y otras te quita. El Atlético le mató en dos minutos la pasada jornada y la Franja hizo lo propio con Osasuna en tres. El pichichi Isi cogió un despeje de Nacho Vidal y lo convirtió en una obra de arte. El de Cieza anotó el 2-0 con una volea que recordó a la de Zidane en la Novena. Otra genialidad. Y van ya... unas cuantas. El público coreó a su ídolo y no le falta razón. El descanso no le restó hambre a los de Iraola y consciente de ello, Arrasate movió el banquillo. Dio sus frutos y un recién entrado Rubén Peña se la puso atrás a Manu Sánchez, aunque Dimi estuvo atento para atajarla.

Cuando el Rayo se gustaba, se sentía bien, apareció Osasuna, vestido con el traje del Elche, el de las remontadas. Moi Gómez recibió, recortó y su zurdazo, desde fuera del área, puso el 2-1 e insufló oxígeno a los suyos. Los rojillos se vinieron arriba y Dimitrievski detuvo un peligroso testarazo de Abde. Entró Pathé Ciss para sujetar al rival y controlar la ventaja en la recta final, en la que tocaba sufrir. Cada ocasión era un microinfarto. Camello, desviado. Budimir, alto. Salvi, escorado. A esas, el Tigre relevó a Camello, en detrimento de RdT, que se quedó sin minutos. Pathé Ciss tuvo la sentencia en su cabeza, aunque Aitor salvó con el pie derecho ese remate picado. La grada celebró con el Rayo de Iraola la victoria frente a su bestia negra...