Isco se hace ‘grande’

Isco emerge como uno de los grandes nombres propios de la antesala del choque entre Betis y Real Madrid. Su presente verdiblanco refleja rayos de luz y su pasado blanco ya encandiló a media Europa. Su talento amagó con marcharse en los últimos años y ahora parece de regreso en LaLiga para amenazar con más bailes de salón sobre el césped. A Manuel Pellegrini le bastaron unas palabras suyas al teléfono mientras Ramón Planes confiaba plenamente en el sí casi automático del técnico chileno. Vieron convicción en que Isco podía volver a ser Isco. Y los primeros meses de competición confirman que tenían algo de razón. Un fichaje a coste cero y un salario mucho más bajo que el asociado a un futbolista de esta calidad. Fue diferencial desde el primer día para apagar ese viento de dudas que quedaba tras su fallido periplo en el Sevilla de Lopetegui. Hoy es el líder de un Betis que recibe al Madrid con pretensiones de atrevimiento y sueños de grandeza. Los sostiene el malagueño, que es la luz del actual esquema de Pellegrini.

A veces la belleza del talento tapa números minimizados. Pero Isco también tiene las estadísticas de su lado para demostrar que es una pieza de alto valor en el Betis y en LaLiga. Es el número uno en acciones de alto impacto ofensivo y en asistencias de remate. Aparece en el Top 2 de pases en el último tercio y destaca en regates completados (sexto), remates a portería (7) y remates totales (10). Los datos de Mediacoach de LaLiga reflejan este enorme protagonismo del malagueño desde el inicio de la temporada. Fue titular en las quince jornadas de este campeonato y sus registros físicos también sorprenden: sus datos lo acercan a los 800 metros a más de 21 km/hora por partido. Su capacidad para mantener la presión alta del equipo resulta un alivio para Pellegrini cuando quizás su físico era el parámetro que más preocupaba cuando firmó su contrato con el conjunto verdiblanco.

Pellegrini le busca aliados. Tiene uno llamado Nabil Fekir que trata de recuperarse de su lesión y de las consecuencias de la misma. El técnico promete que ambos elevarán el nivel del equipo cuando puedan ejecutar su juego juntos, aunque de momento eso tendrá que esperar. Isco se siente cómodo en un esquema que le viene perfecto para lucir sus virtudes. Tiene a dos medios para cubrirle las espaldas y permitir que se mueva con libertad por tres cuartos. Se acerca o se aleja del ariete a su antojo y, sobre todo, retrasa su posición para convertirse en un cinco si su equipo lo necesita en la salida de balón. Es un diez y un cinco mientras Pellegrini no descarta convertirlo por momentos en ese nueve que también sepa cazar el área por sorpresa.

Su rendimiento no pasa desapercibido para nadie. Pellegrini destaca su enorme nivel y lo asemeja a un jugador capaz de jugar en Real Madrid o Barcelona. Ramón Planes piensa que puede mejorar su nivel de 2017 gracias a la madurez que tomó durante estos años. Todos lanzan halagos y cruzan los dedos para que esta historia de amor con el Betis no se corte antes de tiempo. La comparativa de Isco en relación a su última campaña en el Real Madrid muestran ese resurgir del jugador: mejor como verdiblanco en regates, asistencias, centros o pases claves. También en un parámetro crucial como las recuperaciones en último tercio.

Mientras Isco camina hacia su mejor nivel, en el Betis tiemblan al pensar que deba pelear con los múltiples pretendientes que saltarán a escena si mantiene este rendimiento. No hay armas económicas para ganarse al malagueño, pero el jugador se siente en su hábitat en Heliópolis y sabe que no tendrá mejor aliado que Manuel Pellegrini como director de banquillo. El club bético trata de atar su continuidad hasta 2026 mientras el futbolista no tiene prisas en compromisos de futuro. Él sonríe con su presente. Es feliz como no lo fue en las últimas temporadas. Y ahora mide sus fuerzas contra el Madrid, el último equipo que sí supo entregarle ese escenario de ilusión al que ahora regresa.

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