SEVILLA

Isco como síntoma: las cinco claves en el desplome del Sevilla

La llegada y marcha del centrocampista malagueño, que no encuentra equipo, resumen la involución del club de Nervión y su director deportivo y sus problemas clasificatorios.

DIARIO ASDiarioAS

Isco como síntoma del peor Monchi

El antaño Rey Midas del fútbol mundial lleva dos temporadas en las que no atina prácticamente con ningún fichaje. El equipo venía necesitando con urgencia contundencia, velocidad y físico y, después de quitarle además a Koundé y a Diego Carlos, el último verano no llegó nada de eso. Debe ser de récord (negativo): Dolberg, Isco y Januzaj llegaron en agosto y se marcharon en invierno. Lo del malagueño, que tras durar cinco meses no ha sido capaz de encontrar equipo ahora en invierno, es el peor síntoma de la crisis de competencia que atraviesa el director deportivo gaditano. Marcao arribó lesionado, jugó dos ratitos y lleva muchas semanas convaleciente tras una operación. Nianzou, apuesta cara para el centro de la defensa, no se entera de la película... Monchi parece lobotomizado o pasota, no se sabe qué es peor, pero este Sevilla es hijo del desastre perpetrado por alguien que solía hacer lo contrario, auténtica magia.

Y el banquillo también lo pagó

El penoso deambular futbolístico del Sevilla no comenzó en agosto, sino en marzo. La era Lopetegui, un entrenador que se ganó con creces un nombre entre los más grandes de la historia del club y que vuelve a demostrarlo en Inglaterra, presentaba ya claras señales de total agotamiento. La campaña pasada se cerró con el agua al cuello aunque salvando la clasificación para la Champions, pero ni Monchi ni los dirigentes quisieron coger el toro por los cuernos en verano. A comienzos de octubre, mal y tarde, se produjo el cambio para poner a Sampaoli en el banquillo y eso sólo ha producido un efecto positivo a cuentagotas. Lo del Metropolitano pone el solfa casi todo lo bueno que había proporcionado el entrenador de Casilda, al que ya se discute seriamente también desde las entrañas de Nervión.

Una defensa sin defensa

La poca competencia en unos casos y, sobre todo, la ola de lesiones que ha afectado a la defensa provoca que el Sevilla haya tenido que jugar bastantes partidos, antes y después del Mundial, con apenas un especialista en el centro. Hasta Nemanja Gudelj, pivote natural, se acostumbró a jugar en un sitio donde al comienzo no convencía Nianzou (tampoco ahora, pero no hay más), Marcao llegó lesionado, Rekik vive roto, Badé cayó también y al canterano Kike Salas, nadie sabe ahora por qué, se decidió cederle al Tenerife en el mercado de invierno. Entre la falta de contundencia y el montón de problemas de enfermería, la parte de atrás se convirtió en una verbena que ha recibido 11 goles en los tres últimos encuentros, más de la mitad del Atlético.

La pescadilla de la desesperación

Para colmo de males, Fernando, otro centrocampista que podía y sabe actuar en la parte atrás, recibió una sanción de cuatro partidos que dejará al Sevilla sin su referente en el campo durante esta parte vital de la campaña liguera. La expulsión del brasileño llegó cuando ya se había marchado al banquillo y tras unos graves insultos al canario Pulido Santana. Impropio de un futbolista más bien conocido por su templanza y su educación, dentro y fuera del campo, pero que ha acabado contagiándose del estado de histeria colectiva que tiene temblando a este Sevilla. Una pescadilla que se muerde la cola: la intranquilidad contribuye a los malos resultados y esos malos resultados generan más desesperación y nervios.

Los despachos no colaboran: al contrario

Una belicosa situación institucional que vive ahora su momento más álgido, aunque lleva así muchos años, no ayuda a que los dirigentes se centren en lo meramente deportivo. El presidente José Castro y el vice José María del Nido Carrasco andan más pendientes de que el padre de este último no les arrebate el poder que de vigilar a los que tienen que poner orden y concierto en el equipo de fútbol. Del Nido Benavente, mientras tanto, no ceja en el empeño con un pleito sí y otro también, el último la petición de unas medidas cautelares que devendrían en el nombramiento de un administrador judicial hasta la próxima Junta de Accionistas. Mientras la pelota se desangra, no parece lo más inteligente poner al mando a un extraño.

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