Isco-Aimar, suspiros de España

El fútbol es para los elegidos y este Betis-Osasuna tiene a dos genios capaces de transformar el deporte en arte. Isco y Aimar Oroz centran tantos focos que juegan con sus propias luces. El malagueño es el líder del equipo verdiblanco desde que llegó para reencontrarse. El navarro lo es desde que irrumpió para cautivar a Arrasate. Sus pases imposibles se convierten en decisiones sencillas. Tienden a no equivocarse. Y sueñan con una llamada de Luis de la Fuente. Hay una selección en construcción y una Eurocopa en el camino (sigue el partido en directo en As.com).

Isco vuelve a ser Isco a sus 31 años y Aimar parece un veterano con 21. Hoy, en el Villamarín, quieren reinar para que Betis y Osasuna aspiren a algo más que pasearse por la tierra de nadie de esta Liga. Isco apagó ya cualquier interrogante de los muchos que sostenía cuando llegó este verano al Betis. Le ayudó Pellegrini, que le entregó galones y confianza para que su dorsal 22 se disfrazara de diez. Al mismo tiempo, Oroz abandonó ese 22 en Osasuna para ponerse la camiseta del diez y dictaminar que ya no es un niño. Ninguno tiembla con el balón en sus pies. Tienen la magia y la pausa. Fueron titulares en todos los duelos de esta Liga y sus técnicos no tienen más remedio que decirles que hagan casi lo que quieran sobre el césped. El malagueño quiere aliados en un Betis que está tardando más de la cuenta en aceptar que su revolución de plantilla también revolucionó su estilo de juego. Osasuna y Aimar viven un noviazgo sin fisuras. Es alma a la vez que líder en un dibujo de Arrasate que simplifica y verticaliza el fútbol.

Hasta ahora el cansancio no afectó ni a Isco ni a Aimar Oroz. El Betis tuvo sólo dos días de descanso y ello invita a otra rotación masiva en su equipo. Acompañar al malagueño en tres cuartos prueba la habilidad de Pellegrini, que cuenta los días para que regrese Fekir. Si de talento va el día, a Abde le sobra para apuntarse a la fiesta de sus dos amigos. Pero todo lo que expuso en Osasuna la pasada campaña sigue sin ser visto del todo en Heliópolis pese a sus pinceladas del pasado jueves. A veces los genios tardan en llegar.

Tampoco Raúl García de Haro encuentra sus alas de gol tras haber intercambiado su camino con el del marroquí. Al margen de nombres, hay hilos de revancha en el Villamarín. Al Betis le dolió su eliminación copera ante Osasuna de la pasada campaña. Fue quizás el giro más inesperado a una temporada que terminó siendo más correcta que brillante para los verdiblancos. La batalla de hoy mira a Europa. Pellegrini y Arrasate quieren agarrarse a las alturas antes de que sea demasiado tarde para volar.

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