Intensidad, tablas y festival de tarjetas de Hernández Maeso

Mucha intensidad, más amarillas (una roja) y ni rastro de los goles. Cádiz y Rayo firmaron un intenso partido que acabó con el mismo resultado con el que empezó. Ambos equipos tuvieron sus opciones para marcar, pero las defensas se impusieron en un encuentro en el que Ledesma y Dimitrievski tuvieron poco trabajo. El Cádiz empezó con su versión del inicio de temporada que sólo pareció perder momentáneamente en San Mamés. Los de Sergio son un rocoso equipo que presiona bien, defiende mejor y que poco a poco va cogiendo forma en el ataque con las múltiples variantes de las que dispone el entrenador catalán. Aún con todo, el equipo que visitaba el Mirandilla era todo un Rayo Vallecano, que no parece echar mucho de menos a Iraola. Con Francisco, los franjirrojos siguen siendo protagonistas, quieren el balón y no se esconden.

Había morbo por el regreso de Espino al Mirandilla. Precisamente el lateral fue el primero en probar suerte, con un disparo desde fuera del área que paró sin problemas Ledesma. Los amarillos también lo intentaron con un voluntarioso Maxi Gómez, del que ya sabíamos que marcaba, pero no que generaba tanto. El uruguayo fue el último pase de las llegadas más peligrosas de los de Sergio. Eso sí, durante los primeros 45 minutos se jugó la expulsión por un manotazo a Mumin cuando ya tenía amarilla. El Rayo pudo cantar gol durante la primera mitad por medio de Camello. De hecho el canterano del Atlético marcó, sin embargo lo hizo con el juego parado en una acción en la que Hernández Maeso había pitado una falta previa. Solo Ledesma y el rayista no escucharon el pitido del árbitro.

La segunda parte comenzó con menos ritmo, con ambas defensas muy juntas y en bloque bajo para no cometer errores que desnivelaran la balanza. Lejeune tuvo en sus botas el 0-1, en un lanzamiento de falta en la frontal del área que se le marchó algo desviado. El Rayo creció en la la última media hora, con un Cádiz al que parecía que se le agotaba la gasolina. Isi tuvo la oportunidad más clara, en la que hizo intervenir al de siempre: un Ledesma que brilla con luz propia. En el 88′ el Cádiz encontró un bálsamo en forma de roja a Mumin. Hernández Maeso, con el muelle que tenía anoche en el brazo, (mostró diez amarillas) expulsó al central tras una falta sobre Escalante y posterior protesta. Los de Sergio, entonces, se fueron al ataque en busca del gol, pero el Rayo cerró filas y desbarató el peligro, dejando la X final.