REAL MADRID

Inglaterra ya tiene en su punto de mira al Ramos 2.0

United y Chelsea ya han movido ficha para interesarse por su situación. Pero Joan Martínez quiere seguir en el Madrid, donde jugó su ídolo, Sergio Ramos.

En Alginet, pueblo de 14.500 habitantes situado 27 kilómetros al sur de Valencia, se vieron más ojeras que de costumbre en la mañana del jueves. Gran parte de los habitantes de este municipio de la Ribera Alta valenciana se mantuvo en vela durante la noche del miércoles para presenciar el posible debut de su vecino más ilustre, el joven de 16 años Joan Martínez, con su querido Real Madrid.

Sus padres, Rafa y María Rosa, su hermano mayor, Rafa, sus abuelos paternos y maternos, su pandilla de amigos y todo el entorno próximo a la familia, notaron cómo les aumentaban las pulsaciones cuando un central de 1,90, de larga melena, vestido de naranja y con el dorsal 37 a la espalda, saltaba al césped del Soldier Field de Chicago para disputar la segunda parte del duelo veraniego contra el Milán.

Joan Martínez se lanza a robar un balón a Álex Jiménez.JUSTIN CASTERLINEGetty Images via AFP

A 20 días de cumplir 17 años, Ancelotti le hizo el regalo más mágico que podía imaginar: su debut con el equipo que le cautivó desde niño, porque cuando apenas levantaba dos palmos del suelo Joan ya corría por las calles del pueblo con un balón en los pies, una camiseta blanca sobre los hombros y soñaba con llegar a parecerse algún día a su gran ídolo, Sergio Ramos.

El mítico central de Camas se convirtió en su modelo, su referencia y su fuente de inspiración. Y marcó su camino. El pequeño Joan se fijaba con suma atención en cada detalle del antiguo capitán blanco, al que trataba de imitar. El carácter del sevillano contribuyó a forjar la personalidad de aquel niño que miraba la televisión con ojos como platos cuando aparecía el héroe de la Décima. Le bastaron unos cuantos partidos con el equipo de benjamines del pueblo para ser captado por el Levante, su otro equipo del alma.

Cotizadísimo

Su padre, fisioterapeuta, y su madre, enfermera, alimentaron el sueño de su hijo menor. De Rafa heredó su pasión por el deporte. El progenitor jugó al fútbol, al fútbol sala y finalizó varios triatlones, pero nunca alcanzó la pasión futbolera del más pequeño de la familia Martínez Lozano. Con 15 años, todos los equipos grandes de España estaban haciendo cola para intentar ficharlo. Barcelona, Atlético, Villarreal, Valencia, Sevilla y varios más llamaron a su puerta, pero él lo tenía claro. Valdebebas sería su destino. Se había imaginado muchas noches con el uniforme blanco y no iba a dejar escapar la oportunidad de cumplir su gran ilusión.

Joan Martínez entrena con el Real Madrid, durante el stage de Estados Unidos.JAVIER GANDULDIARIO AS

Movimientos en Inglaterra

Su progresión está asombrando en las categorías inferiores del Madrid. Fichado para jugar en el Juvenil C, en apenas unos meses se erigió en baluarte casi imprescindible en el Juvenil A de División de Honor, categoría dos años por encima de su edad. La meteórica ascensión de este chico tranquilo, familiar y buen estudiante (ha aprobado con buenas notas todas las asignaturas de 1º de Bachillerato) ha comenzado a despertar el interés más arriba de los Pirineos. Manchester United y Chelsea ya han movido ficha para interesarse por su situación y su nombre figura con letras mayúsculas en las agendas de más clubs de postín de la Premier y otras ligas potentes de Europa.

Calma en Chamartín

En las oficinas de La Fábrica la tranquilidad es máxima en torno a su futuro. Saben que Joan está donde quiere y se afanan en cuidar con esmero su desarrollo. Saben que su proyección se ha acelerado de forma considerable, pero también están convencidos que su carácter pausado y estable le ayudará a llevar con calma este inesperado salto a la élite.

En Valdebebas consideran que la respuesta de Joan en sus primeros 45 minutos a las órdenes de Ancelotti fue más que óptima, especialmente la impecable acción ante Alex Jiménez, otro ex canterano blanco, en el minuto 84. En Alginet, donde muchos vecinos atisbaron el amanecer del jueves con una sonrisa en los labios y tuvieron un breve idilio con la almohada antes de iniciar sus quehaceres diarios, ya se preparan para vivir más noches en vela.

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