Ibáñez vuelve a casa por Navidad
El centrocampista regresa como enemigo, con el Alavés, a El Sadar, a la que fue su casa durante tres años y la de una afición que le quiere mucho. Mariano, de nuevo fuera.
Al más puro estilo del histórico anuncio de un conocido turrón, el exrojillo Pablo Ibáñez regresa a casa por Navidad. Lo hará defendiendo la camiseta del Alavés. Aquí se reencontrará con muchos amigos, a los que seguro saludará con cariño antes del partido, pero cuando el balón empiece a rodar, dejará la amistad apartada. A buen seguro recibirá también el calor de una afición que no ha olvidado al entrañable chaval de Mutilva. A ese que el 4 de abril de 2023, en San Mamés, en el minuto 115, marcó para dar el pase a Osasuna a la segunda final de Copa de su más que centenaria historia. El mismo que no pudo contener las lagrimas cuando jugó su último partido defendiendo la camiseta del club de su vida en El Sadar (sigue el partido en directo en As.com).
En Vitoria ha encontrado su sitio, pues, en poco más de un tercio de campeonato, acumula casi los mismos números en Liga que en cada una de sus tres temporadas completas como futbolista del primer equipo rojillo. Ha caído de pie en la capital alavesa, donde se ha convertido en ídolo de la afición y en jugador imprescindible para Coudet, que ha utilizado al futbolista navarro en los 16 partidos de Liga que hasta la fecha ha disputado el Alavés, siendo titular en 11 de ellos.
Ha marcado ya un gol en Liga como albiazul, con el que su equipo se adelantó en el Camp Nou, donde estuvo a punto de darle algo más que un susto al líder Barcelona. Este terminó remontando (3-1). Una producción ofensiva idéntica a la que tuvo en Liga con Osasuna el curso pasado y hace dos, ya que hace tres no anotó. Hay muchos en El Sadar que lo echan de menos. El director deportivo de Osasuna, Braulio Vázquez, le dedicó palabras de elogio en su marcha: “Se va. Cada uno con sus circunstancias. Le trajimos de la Mutilvera, ha tenido un comportamiento ejemplar dentro del campo y ha participado para ayudar a llegar a donde estamos”.
Al margen de esta circunstancia, ni Osasuna ni Alavés están para sentimentalismos. Los rojillos, en puntos de descenso, quieren acabar el año cogiendo un poco de aire y brindando una victoria a su afición. El Alavés, con tres puntos más, no atraviesa una situación boyante. La buena noticia para los de Lisci, si nos aferramos a las estadísticas, es que de las últimas cinco veces que los babazorros han visitado su feudo, en tres han ganado los locales y en dos han empatado.
En el Glorioso las aguas bajan un tanto revueltas por dos jugadores que rompen la concordia en el vestuario. Mariano y Diarra no entraron en la convocatoria para Pamplona, lo que evidencia que tienen la puerta abierta para marcharse en enero. Es posible que incluso estén ya apartados de la dinámica del equipo, circunstancia que no ha trascendido todavía, ya que los entrenamientos son a puerta cerrada. Lo cierto es que la herida está abierta. Lo normal es que no jueguen ya más con la elástica albiazul y que se plantee su salida en las próximas semanas.
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A partir de ahí, bajas de Garcés por la sanción de la FIFA y de Boyé por lesión. Otto se recuperó a tiempo y viajará a Pamplona en el día. El Alavés está en buena dinámica y realizó un partido meritorio ante el Real Madrid en Vitoria. Luego eliminó en el mismo estadio al Sevilla el miércoles por la noche. 444 aficionados del Glorioso acompañarán a su equipo en la capital navarra. Hay una gran relación entre ambas hinchadas y el gran ambiente se notará en la parte vieja desde la mañana.
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