REAL MADRID

Huracán Vinicius

El brasileño despeja las dudas sobre su rendimiento con 40′ inmensos: un gol, una asistencia y la confirmación de que el tridente junto a Rodrygo y Mbappé tiene futuro.

El Real Madrid sacó adelante el duelo contra el Espanyol en el Santiago Bernabéu confirmando que, pese a que la plantilla cuenta con profundidad de armario, ente el Plan A y el B hay distancia y en muchas ocasiones la barrera que separa ganar de no hacerlo se colocará en dicho terreno. Frente al Espanyol Ancelotti reservó a Mendy y Rüdiger en defensa; Fran García y Tchouameni hicieron sus roles respectivamente, con resultado aceptable. Y en ataque, el que rotó fue un Vinicius que venía cuestionado por sus últimas actuaciones. Pero el brasileño despejó todas esas dudas cuando el Madrid tuvo que tirar de él para remontar un choque que olía a pinchazo.

El inicio de temporada de Vinicius, en general, venía siendo bueno. No estaba fino de cara a portería (había marcado dos, pero ambos desde los once metros), pero a cambio había generado mucho en ataque para sus compañeros. Sin ir más lejos, ante el Betis provocó el penalti que luego anotaría Mbappé, y ante la Real Sociedad hizo lo mismo por el francés. Pero su parón internacional con Brasil no salió como esperaba, con críticas importantes por parte de la prensa de su país, y tanto en Anoeta como en el debut de Champions ante el Stuttgart estuvo gris en lo suyo, que no es otra cosa que el regate.

SERGIO PEREZEFE

Debió detectar algo Ancelotti, que ante el Espanyol le incluyó en las rotaciones, quizás para que cargase pilas para lo que viene (el martes, el Alavés; y el domingo, el derbi del Metropolitano), quizás para espolearle, para picarle. Sea como fuere, el plan funcionó: Vinicius salió en la segunda parte, nada más encajar el Madrid el autogol de Courtois, y él solo se bastó para recomponer el ataque blanco, que andaba hasta entonces algo disperso. El equipo dominaba, pero ni mucho menos traducía hasta entonces tanto balón en peligro, en fuego real.

Con 1-1, se sacó de la chistera un pase de exterior a lo Modric con el que dejó solo a Rodrygo ante el portero del Espanyol para que anotase a placer el 2-1. Y apenas tres minutos después, aprovecha un contragolpe fulgurante del Madrid tras una empanada en la medular de los pericos para anotar de tiro raso y cruzado, aprovechando un pase perfecto de Mbappé. En apenas dos jugadas y tres minutos, el tridente blanco había decantado el partido y atado los tres puntos. Sólo es un partido más, pero las dudas sobre el encaje de los tres en el once blanco ya retumban bastante menos.

Tras el penalti provocado por Endrick (el brasileño intentó postularse para tirarlo, pero esa lista es larga y no hay atajos para saltarse puestos), quizás sintió Vini que le debía una a Mbappé por ese excelente pase para el 3-1. El francés fue el lanzador, anotando así el 4-1, pese a que él había tirado la última pena máxima de los blancos, en Anoeta, y en teoría le tocaba a Vinicius. O quizás fuese más una cuestión de hacer la fiesta completa facilitando que los tres miembros del ataque viesen portería. Poco importan los motivos si el esférico acaba en la red rival.

El reto rojiblanco de Vini

En algo menos de 40 minutos (en concreto, con el añadido completo, fueron 39 minutos y 14 segundos del brasileño en el campo) Vinicius fue un huracán que arrasó con un Espanyol valiente que se asomó al Bernabéu sin complejos y que llegó a asustar, aunque ese brinco de terror durase más bien poco (apenas cuatro minutos separaron el 0-1 y el 1-1). Lo hizo todo el 7 blanco: remató dos veces, intervino 24 veces, dio 16 pases (10 de ellos buenos)... Pero no todo fue bueno, también hizo tres faltas y se llevó una amarilla por protestar, que para colmo fue la segunda en un minuto para el Madrid, pues fue una reacción a otra vista por Bellingham por el mismo motivo. Ancelotti ya avisó en rueda de prensa: “Ha cambiado un poco el método de los árbitros. Son más severos en este sentido y debemos acostumbrarnos”.

JAVIER GANDULDiarioAS

Un espaldarazo de moral que le llega en el mejor momento, pues entran el Madrid y Vinicius en una semana importante. Primero, con la visita del Alavés, en la que conviene no ceder puntos para seguir presionando al Barcelona en la cabeza de la tabla. Y, sobre todo, el domingo con el derbi del Metropolitano, un encuentro de alto nivel con significado especial para él (los insultos racistas dirigidos a Vini en los aledaños del estadio del Atleti han sido recurrentes, aunque de momento sin consecuencias) y con un reto por delante: nunca ha marcado en territorio rojiblanco.

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