BETIS - VALENCIA | PEP GÁLVEZ

“Hay que tenerlos bien puestos para aguantar en el Valencia”

El mallorquín, ex del Valencia y Betis, analiza el choque del domingo. Su corazón es blanquinegro y desde la experiencia, se pone en la piel de Rubén Baraja.

Diario AS

Pep Gálvez (Palma, 1974) vivió en el Valencia “los mejores años” de su carrera. Se formó en el Mallorca y pasó por el Betis, pero su corazón es blanquinegro. Desde su Palma natal, ha sufrido mucho este año. Le duele ver al Valencia peleando por la salvación hasta el último partido. También ha sido entrenador y se pone en la piel de Baraja. Pelopincho, como le llamaban en el vestuario del Valencia, se sincera en AS a pocas horas de que dos de sus exequipos se vean las caras en el Villamarín.

¿Cómo le va la vida?

Estoy un poco desvinculado del fútbol a nivel profesional, aunque sigo liado porque mis hijos juegan. El mayor está en el filial del Mallorca.

¿Cómo ve al Valencia? ¿Ha sufrido?

Con Gattuso, el Valencia transmitió buenas sensaciones y no sé por qué se torció. A mí aquel espíritu me gustaba y ahora se ha llegado a esta situación. Veo al Valencia con mucho cariño y preocupación porque es un club que me lo dio todo, donde mejor rendimiento ofrecí y donde la afición me mostró más cariño. Es impensable que el Valencia pueda estar en Segunda División.

¿Ve encarrilada la salvación?

Para mí, ante el Celta y el Madrid se dieron buenas sensaciones y ahora parece que ha perdido un poco de energía. Si hubiese seguido con ese ímpetu, estaría salvado. No obstante, tendrían que darse un cúmulo de desgracias para bajar, pero esto es fútbol y es imprevisible. Lo mejor es que puntúen y no haya dudas.

También conoce el Villamarín y sabe que no será fácil...

La exigencia del Betis es muy grande y allí la gente quiere que su equipo gane. Eso es innegociable y si no, la afición se mosquea. Encima querrán darle una alegría a Joaquín. De todos los partidos que hay por el descenso, para mí el Betis es el rival más complicado. Si el Valencia se lo jugase todo, lo tendría muy complicado porque el Betis juega a ganar, con mucha alegría y es complicado. Pero el Valencia se juega la vida y lo tiene que demostrar.

“La exigencia del Betis es muy grande. Si no ganas siempre, la afición se mosquea”

Pep Gálvez

¿Se ha visto reflejado en su etapa con Marí, Guerra y Diego López?

Eso me encanta y me siento reflejado. En este mundo tan profesional, es difícil poner a los chicos. Yo ví a estos chicos con el filial, ante mi hijo, y estoy encantado de que haya sumado esos nueve puntos gracias a los goles de los canteranos. Es un espejo en el que mirarse y dar más bola a la cantera, pero en el Valencia y en todos los clubes.

¿Quién le gusta más?

Javi Guerra me está gustando más en Primera que en Segunda RFEF. En Primera, te dan más tiempo para pensar y hay más espacios para la inteligencia. Es más fácil jugar en Primera que en otras categorías si tienes nivel de verdad. Guerra me está gustando mucho, aunque los tres son buenos.

Usted también ha sido entrenador. ¿Cómo cree que lo estará viviendo Baraja?

Aunque estés rodeado, el entrenador se siente solo. Sobre todo en los momentos difíciles. Todo el peso de que el Valencia pueda descender recae sobre él. Piensas que una institución como el Valencia, si no lo haces bien, puede descender. Él se va a echar toda la presión y la culpa. Esto es injusto, pero es así. Esa presión es brutal y te sientes muy solo. La soledad es inmensa. Hay que tenerlos bien puestos para aguantar en una plaza como la del Valencia. Ojalá Baraja lo consiga porque podrá respirar. Si sigue, seguro que es más ilusionante.

“Baraja se estará echando toda la presión y la culpa. La soledad del entrenador es inmensa”

Pep Gálvez

Pero esa afición, apoya mucho...

Conmigo siempre se portó de maravilla, incluso cuando no estaba acertado. Que todo el estadio coree tu bimbres es emocionante y eso sólo me ha pasado en Valencia. Tuve mucha suerte. Es una afición exigente y sé que muchos jugadores lo pasaron mal en mi época. A mí eso no me pasó nunca. Me adoptaron como si fuese suyo.

Repasemos su carrera. ¿Cómo terminó en el Valencia?

Fue en la temporada 92-93. El Mallorca no me dejaba salir porque aquel año jugamos el playoff de ascenso a Primera y terminé como el máximo goleador de la plantilla con 18 años. Pero el Valencia era la oportunidad de mi vida porque podía ir a un grande. Pasé unos meses muy malos porque no me dejaban salir y presioné todo lo que pude. Al final, se hizo y pasé los mejores años de mi carrera deportiva en el Valencia.

Gálvez celebra un gol con la camiseta del Valencia. Juan Navarro

¿Cuánto pagaron por usted?

Creo que fueron unos 200 millones de pesetas.

¿Y cómo fue la adaptación?

Nada más llegar, me integré con los jugadores veteranos porque yo también tenía un poco de cara y me hice valer. Con la afición, caí de pie y todo fue rodado en el Valencia hasta que me lesioné. Me llamaban ‘Pelopincho’ y ‘Chupete’, por mi juventud.

Le tocó jugarse el puesto con Penev, Mijatovic, Pizzi...

Nunca me quejé porque participé bastante y metí goles. Eso no me cortó la proyección. Fue al contrario porque aprendí mucho de ellos porque eran jugadores con mucho poso en el Valencia.

Falagán, Gálvez, Mijatovic, Serer, en la parte de arriba. Etxarri y Fran, con el balón. Temporada 93-94. Diario AS

Le pasó todo muy rápido en su carrera...

Cuando estás ahí no lo percibes y lo ves como algo normal. Ves como das pasos agigantados y me vino todo rápido. Ahí vives en una burbuja.

¿Por qué se marchó del Valencia?

Me marché porque después de la lesión no tuve la confianza del entrenador (Valdano) y quise tener minutos. El Mallorca contaba conmigo y mi idea era irme para volver al Valencia, pero se dio todo lo contrario.

Habla de Valdano, pero Luis Aragonés creo que le marcó mucho...

A Serra Ferrer siempre le estaré agradecido porque me dio la oportunidad de debutar en Primera y me permitió empezar en el Mallorca como entrenador. Pero el que más me marcó como profesional fue Luis Aragonés. Con él, firmé mi mejor año. Con Luis, que era una persona increíble, fue con el que más disfruté.

Siga, siga...

Me marcó porque era un tío super justo. En la gestión de grupo era brutal. Te hacía pensar que eras el mejor y te llegaba por el tema mental. No se casaba con nadie y eso hace mucho equipo cuando ves que el entrenador no hace distinciones. No te vendía la moto y todos los jugadores iban a muerte con él.

En el Valencia, también hizo la mili...

Tenía que hacer la mili en Mallorca y pedí un año de excedencia porque me tuve que ir al Valencia. Lo aplazamos, pero al final la hice en Capitanía, donde iba todos los días. Cumplí con el mes entero de instrucción, además de que me dieron libertad y ventajas para jugar al fútbol.

Y tras el Valencia y el Mallorca, firma por el Betis...

Estaba Mateu Alemany en el Mallorca. Aquel año fuimos subcampeones de Copa y terminamos quintos en Liga, con Cúper. El Mallorca no contaba conmigo y ellos tenían un acuerdo con el Racing. Yo no sabía nada y no me sentó bien. Y ahí, apareció el Betis.

¿Y cómo le fue?

La experiencia, a nivel personal, fue muy buena porque el Betis es un club increíble, es muy especial por su gente. Luego, a nivel profesional viví un descenso y un ascenso. Pero no pude dar el 100% por las lesiones.

Lopera y Gálvez, en la presentación del delantero como jugador del Real Betis.

¿Se siente más bético o valencianista?

Más valencianista porque tuve mejor experiencia. Pero mi padre es bético y podemos compensar por ahí (risas). Yo también quiero que gane todos los partidos el Betis.

Se retiró con 28 años, muy joven...

Me retiré en el Burgos, en Segunda. Me rompí el cuádriceps tres veces por el mismo sitio. Yo vivía de la velocidad y no podía jugar así.

¿Cómo ha cambiado el fútbol?

Ha cambiado un montón. Si yo tuviese la información que tienen ahora los jugadores, me habría lesionado menos y mi carrera habría sido más larga. Tampoco hubiese cometido los errores que cometes por desinformación. Ha cambiado todo de forma brutal. Los jugadores ahora están mucho más preparados, igual que los entrenadores. Antes, todos los jugadores y los técnicos eran parecidos. Ahora los partidos son partidas de ajedrez y los futbolistas de ahora son atletas. Y si no eres así, no puedes llegar a la élite.

Ahora hay más distracciones...

También hay menos compañerismo y los equipos son menos equipo. Todos los grupos en los que yo estuve y funcionaron eran una piña. Ahora hay más tonterías, es todo más individual y es otra historia. Insisto, antes en los grupos había más amistad. Y eso, en los momentos malos, hace que sufras más y vayas a la guerra. Esa es mi opinión.

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