Hasta Dmitrovic pierde su aura
El portero serbio no conocía la derrota como sevillista hasta el encuentro ante el Rayo, su número 14 desde su llegada procedente del Eibar la pasada temporada.
Cuando algo va mal, siempre puede ir a peor y eso es lo que pasa en un Sevilla en el que hasta los jugadores que parecían tener cierta suerte a su favor, la han perdido. Es el caso de Dmitrovic, que no había perdido ninguno de los partidos que había disputado como sevillista desde su llegada la pasada temporada y que hincó la rodilla por primera vez el pasado sábado ante el Rayo.
Hasta la visita del conjunto de Vallecas, Dmitrovic había disputado 13 partidos con la camiseta del Sevilla con un balance de siete victorias y seis empates. En dichos encuentros, el serbio había encajado ocho goles y había dejado su portería a cero en otras ocho ocasiones. Esta temporada, las guadianescas lesiones de Bono le habían permitido jugar tanto en la Liga como en la Champions, pero su suerte cambió ante el Rayo Vallecano.
Y lo cierto es que Dmitrovic fue de lo poco salvable de un paupérrimo Sevilla, evitando un resultado que podía haber sido mucho más abultado. Pero su suerte cambió para ponerse a tono con la de un Sevilla que ni está ni se le espera.