BETIS

Guardado, el último mohicano

El mediocampista azteca, importante en el Betis, se resiste desde hace ya años a los cantos de sirena y el dinero de la MLS norteamericana.

RBB

Andrés Guardado se ejercita ya estos días en Schladming, Austria. Ha sido uno de los últimos futbolistas del Betis en incorporarse a los entrenamientos después de haber terminado la campaña más tarde, por sus compromisos con la selección de México. Si no ocurre nada raro, el centrocampista de Jalisco engrosará en Qatar la selecta lista de jugadores con cinco participaciones mundialistas a sus espaldas, club en el que ya se encuentran otros dos compatriotas, Antonio Carbajal y Rafael Márquez, además del alemán Matthäus y el italiano Buffon.

Hace ya varias temporadas que la Major League Soccer, con su tranquilidad futbolística y sus salarios cada vez más altos, llama a la puerta de El Principito, que se resiste sin embargo a abandonar el fútbol de máxima exigencia en Europa. Por Heliópolis suenan cantos de dulce retiro al otro lado del Atlántico para Guardado, que no sólo ha renovado dos veces ya su contrato con el Betis, sino que además ha acabado imponiéndose casi como titular. El año pasado actuó en nada menos que 36 encuentros oficiales como verdiblanco entre LaLiga, la Europa League y la Copa.

Guardado llegó con Quique Setién en 2017, y ahora Manuel Pellegrini se convierte también uno de los grandes valedores del polivalente mediocampista, cuya labor sobre el césped y también en el vestuario admira el Ingeniero. A finales de marzo, de hecho, volvió a renovar por una campaña más, hasta junio de 2023. Para entonces andará ya camino de los 37 años. Todavía a la sombra en veteranía de Joaquín, que cumple 41 en apenas unos días.

Sin haberse planteado aún siquiera la retirada, y con capacidad demostrada para competir en una Liga tan exigente como la española, Andrés volverá a ser relacionado seguro en los próximos meses con algún equipo norteamericano. Y llegará el día, si no decide antes regresar a su patria México, en el que verdaderamente juegue al otro lado del Charco. Pero de momento, en tiempos donde estrellas como Bale, Insigne o sus compatriotas Chicharito y Carlos Vela prefieren la apacible vida del Tío Sam, Guardado sigue resistiendo como el último mohicano de un fútbol más romántico y tradicional.

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