Gonzalo golpea primero
La lesión de Endrick hace que el arranque liguero (Osasuna, Oviedo y Mallorca) sea un escaparate extendido para el pichichi del Mundial. Su renovación está encaminada.
Todos los caminos de Gonzalo conducen al Madrid. A quedarse. Ese es su deseo, ese es el deseo del club. Y de Xabi. De ahí que, como viene informando AS, se estén trazando los flecos finales de una renovación no cerrada, pero encaminada. Mucho. Porque en todo momento ha habido, y hay, sintonía. Para que la Bota de Oro del Mundial de Clubes deje de ser el killer de La Fábrica y lo sea del primer equipo. Con el consiguiente cambio de dorsal, algo a tratar cuando llegue el apretón de manos (el 30 quedará en el olvido). Con la pertinente mejora salarial. Y una subida a esa cláusula de 50 millones de euros que le convierte en un caramelo, especialmente en la zona noble de una Premier (tres clubes top andan detrás de él) que sueña con sus zarpazos.
El paquete completo para cerrar una continuidad que, como esperan todos los actores de la operación, quede sellada pronto. Independientemente de lo que ocurra con Endrick, cuya idea no es otra que seguir de blanco en el arranque curso. Porque el futuro de uno no está enlazado al otro. Aunque sean dos hombres con un mismo destino: ser el ariete de guardia. Y ahí, en esa batalla, Golzalo golpea primero.
En las entrañas del club no entienden que la permanencia de uno sea la puerta de salida para el otro, ni mucho menos, pero la batalla por disfrutar los minutos que dejen Mbappé y Vinicius es una realidad. Pura competencia. Y el canterano parte, y partirá, en cabeza. Porque, tras su sueño americano, tendrá otro escaparate mayúsculo: el arranque liguero.
¿Y Endrick?
Endrick todavía se está recuperando de un problema en el tendón que le tiene en el dique seco desde el 18 de mayo (recayó en verano cuando acariciaba el regreso). Su vuelta se espera a comienzos de septiembre, con el parón como trampolín (después llega el duelo ante la Real, el finde del 13-14). Es decir, Gonzalo tendrá las tres primeras jornadas (Osasuna, Oviedo y Mallorca) para seguir picando piedra. Para disparar, aún más, su candidatura.
Credenciales
Algo que comenzó en el Mundial, donde aprovechó esa lesión de Endrick y la gastroenteritis de Mbappé. Además de la confianza de un Xabi que le entregó la titularidad. La respuesta, cuatro goles, una asistencia y una Bota de Oro. Amén de todo lo demás: movimientos de ‘nueve’, gran despliegue físico tanto en ataque como en el defensa (el delantero con más presiones de la plantilla en EE UU), un estupendo juego aéreo... Méritos que le han llevado a cambiar su sino y, como mínimo, a tutear a Endrick. Esa es su nueva realidad.
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