Gavi, el turbo del líder

A lomos de Gavi, el Barça cabalga hacia el título de Liga. En un partido más efectivo que vistoso, el equipo de Xavi goleó 0-4 al colista que estrenaba entrenador y deja al Real Madrid a 15 puntos de distancia. Además del triunfo, que era lo que se iba a buscar, la victoria se consignó con la reivindicación de unos jugadores que necesitaban sentirse importantes. Lewandowski se reencontró con el gol por partida doble, Ansu cerró una semana complicada con un gran gol y Ferran Torres, otro en cuestión, se apuntó a la catarsis. Pero nada de eso hubiera sido posible sin Gavi, otro jugador que ocupaba titulares, y que fue el turbo del líder.

Elche y Barcelona dieron la sensación de plantear mentalmente el partido de manera similar, pero con distintos objetivos. El equipo local iniciaba una era con el debut de Beccacece en el banquillo y por tanto, miraba a largo plazo. El Barça, asentado en una ventaja confortable en la tabla, dejó claro que pensaba más en el encuentro del miércoles en el Camp Nou ante el Madrid, que vale una final. Los blaugrana, miraban a medio plazo.

Ante esta manera de tomarse la vida, surgió Gavi, que no entiende de aplazamientos, de ventajas en la clasificación ni de negociar esfuerzos. El centrocampista blaugrana sólo admite un código: el de ganar. Ganar duelos, ganar partidos, ganar balones divididos y ganar discusiones. Y luego, cuando acabe el encuentro, ya le enseñarán el botín conseguido en forma de puntos.

En un partido en el que los jugadores del Elche salieron más intensos que los barcelonistas, probablemente por el efecto entrenador nuevo, el Barça sobrevivió a la primera parte gracias a su solidez en el juego a balón parado. En cuanto al juego, más de lo mismo de los partidos en los que el Barça saca un diez en la percusión y suspende en el solfeo.

Lewandowski, con un remate pocho, en el que chutó con la derecha y el balón le rebotó en el pie izquierdo para tomar una altura perfecta para superar la cresta de Palacios abrió el marcador.

Un gol que definía la diferencia de calidad que separa a ambos equipos en los metros finales, porque el Barça necesitó muy poco para lograr mucho y el Elche lo intentaba todo para no conseguir nada. Valga como ejemplo que la primera parte acabó con seis saques de esquina para los locales y sólo uno para los catalanes, que incluso pudieron irse al descanso con más ventaja si Lewandowski no llega a fallar un remate de cabeza a centro de Ferran. Se ve que viendo el éxito del peculiar remate que supuso el 0-1, trató de actualizarlo con otro de hombro. No salió, como tampoco pudo Koundé sentenciar el partido en un remate a jugada de Gavi, siempre Gavi, que sacó Mascarell con Badia ya batido.

Lo que parecía claro es que a medida que pasaran los minutos, el duelo iría decantándose a favor del barça, especialmente si a en la única ocasión local, Carmona se rompió cuando iba a encarar a Ter Stegen. Cuando naciste para martillo, del cielo te caen los clavos.

Y para martillo, Gavi, que siguió jugando a máxima revolución. Una recuperación suya le sirvió a Ansu para encarar a Mascarell y marcar un gol que tranquiliza el oleaje que creó su padre. Con el 0-2, Gavi siguió jugando como si su equipo fuera perdiendo y recuperó otro balón en el campo del Elche para darle a lewandowski un balón que supuso el 0-3 y el segundo gol del polaco.

Con el partido archivado, se sumó a la fiesta Ferran Torres con otro gol que viene a curar heridas.