Galimatías en la portería
La lesión de Courtois enrevesa aún más una demarcación que, a futuro, se supedita a la continuidad, o no, de Lunin como ‘segundo’. El belga termina contrato en 2026; el ucranio, en 2025.
Llámenlo sudoku, galimatías, lío. Como quieran. Pero la portería del Real Madrid maneja un contexto pantanoso. El momento de tomar decisiones se acerca. Ya lo hacía antes del enorme revés sufrido por Courtois, que cuando ya oteaba la orilla por la rotura de cruzado de su rodilla izquierda, la derecha hizo crack. El muro de Bree ya está operado, y sin menisco pues se lo han extirpado. Dos meses más de ausencia que echan la llave a su temporada. De paso, se difumina un debate que ya se vislumbraba. Lunin seguirá siendo el ‘uno’. Más partidos para que el ucranio, que se juega hoy la Eurocopa con Ucrania (disputan la semifinal del playoff ante Bosnia-Herzegovina), siga añadiendo pesas a su balanza personal. No en presente, también en futuro.
El debate con Kepa lo ha zanjado el de Krasnograd, pero en verano no terminan las disyuntivas. Ni para Andriy ni para el Madrid. No está el horizonte claro bajo palos: Kepa volverá al Chelsea, Lunin entrará en último año de contrato (termina en 2025) y Courtois, que cumple 32 años el 11 de mayo, volverá tras una temporada en el dique seco. Lo ocurrido con Tibu no hace sino potenciar aún más las incógnitas del embrollo. ¿Por qué? Rebobinemos. Cuando Courtois cayó en pretemporada, el Madrid aceleró por conseguir la cesión de Kepa. Para ser el portero de Ancelotti. Lo fue, hasta que una lesión en el aductor del vasco se convirtió en clavo ardiendo para Lunin. No se quemó.
Del “Kepa va a jugar” a las 11 titularidades de Lunin
Carletto desveló que, cuando se acercaba la vuelta del de Ondarroa, “si está bien, va a jugar”. Pero los méritos del ucranio dibujaron otro horizonte. Comenzó la alternacia. “Lunin es uno de los dos porteros titulares; el otro se llama Kepa”, dijo, con media sonrisa, tras ganar al Villarreal el 18 de diciembre. Tras varias ruedas de prensa anunciando previamente quién sería su ‘número uno’, llegó el 1 de febrero. “Hoy no lo puedo decir, lo siento”, atajaba el de Reggiolo en la víspero del duelo ante el Getafe. Le tocaba a Kepa, tras ser suplente en Las Palmas, pero el elegido fue Lunin. Sus méritos volvieron a cambiar la balanza. Y lo ha sido siempre desde entonces. Ya no hay debate. O sí, aunque ahora está instalado en la mente del ucranio.
Lunin tiene contrato hasta 2025 y quiere quedarse. “Obviamente quiero seguir”, reconoció en El Chiringuito. Pero, ¿en qué circunstancias? Con Courtois sano, Tibu es el titular de Carletto. Tras una temporada fuera, el estado de belga será difuso hasta que demuestre lo contrario. Para lo bueno y lo malo, en lo que a Lunin respecta. En el Madrid están cómodos con la continuidad de Andriy, pero renovación mediante. Para evitar una potencial marcha gratuita en 2025. Ahí es Lunin quien debe tomar la decisión, porque seguir implica hacerlo a la sombra de Courtois.
En el caso del belga, haber renunciado a la Eurocopa le permitirá no pisar el acelerador para recuperar. Y ese es el plan, manejar la recuperación con mesura. Aunque no hay que olvidar lo mencionado, en mayo son 32 años. Su contrato expira en 2026 y en el club nadie se plantea un horizonte próximo sin él. Pero el fútbol no es eterno, volverá tras un año en la enfermería y se debe perfilar la portería del futuro. Y, por ende, empezar a otear las opciones que ofrezca el mercado.
El ‘muro’ de La Fábrica pisa fuerte
Aquí emerge un nombre: Fran González. A sus 18 años, el leonés es la gran apuesta de la portería de La Fábrica. Ya gustó, y mucho, en la última pretemporada del equipo en EE UU. Actualmente es el guardameta del C, tras haber pasado también por el Juvenil A, y ya acumula 17 convocatorias con los mayores. Es el tercer portero al uso y en la búsqueda del heredero de Courtois es el ‘número uno’, con diferencia, entre las opciones de la casa. Y cada vez gana más peso. Enamoró a los captadores del Madrid cuando estaba fuera de todo radar en la Cultural Leonesa, aterrizó en Valdebebas en 2022 y no ha dejado de volar. Sus condiciones son similares a las de Thibaut, mide 1,99m y es ágil bajo palos. Tiene encandilado a Llopis. También a Ancelotti. Un factor más que añadir este galimatías que es, actualmente y a futuro, la portería del equipo blanco.