Fran Mérida cuelga las botas

Fran Mérida (Barcelona, 1990) ha anunciado el final de su carrera profesional en un comunicado oficial promulgado a través de sus redes sociales. El centrocampista catalán, de este modo, ha decidido colgar las botas tras 390 partidos disputados en once equipos diferentes, además de contar también con historial en las categorías inferiores de la Selección Española. Una dilatada trayectoria que toca a su fin 19 años después de su irrupción en la cantera del Barcelona y su posterior fichaje por el Arsenal.

Fue en su etapa en Londres donde se mostró como un futbolista con mucho porvenir y donde, después de una cesión a la Real Sociedad, llamó la atención del Atlético de Madrid. Llegó al antiguo Vicente Calderón con un título debajo del brazo: la Supercopa de Europa conseguida frente al Inter de Milán. Como colchonero, Mérida jugó 30 partidos antes de marcharse al Hércules previo paso por el Braga en calidad de cedido.

Más tarde pasó por el Paranaense brasileño y por el Huesca, pero donde realmente halló su mejor versión fue en Osasuna. Disputó 110 partidos como rojillo y fue uno de los buques insignias del conjunto navarro para huir de una complicadísima estancia en Segunda División. Después de cuatro años en El Sadar marchó al Espanyol, club al que también le ayudó a volver a Primera. Después de una breve aventura en China y de otra más en el Lugo, Mérida se encontraba sin equipo desde el pasado mes de julio. Dos meses más tarde, ha anunciado su retirada a través del siguiente comunicado oficial:

“Hace 19 años me marché de casa en busca de mi sueño y, justo hoy hace 17 años, lo conseguí, un 25 de septiembre del 2007. He sido un privilegiado de poder vivir tantas experiencias gracias al balón. A todas las personas que me he cruzado por el camino durante estos años en todos los clubes, ¡muchas gracias! En especial me quiero acordar de mis padres, gracias por dejarme ser yo mismo siempre y ser un apoyo incondicional. También a mi hermana Sara, por acompañarme a jugar los mejores partidos en las calles del barrio. A Antonio López, por cuidarme como a un hermano, ser siempre honesto conmigo y ayudarme a levantarme en mi peor momento. A mi mujer Vanesa, por ser el pilar de mi vida junto a nuestras hijas. Y a ti, abuelo. ¡¡Lo conseguimos!! Gracias a todos, de corazón. Empiezo nuevos retos…”

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