Foghetecaz: el equipo con nombre raro que reactivó al Villarreal

Tras la guerra, como en muchos otros sitios, el fútbol desapareció de Vila-real. Tan solo los jóvenes del lugar mantenían partidos en el viejo campo, organizando campeonatos de peñas y barrios, aunque el CD Villarreal dejó su actividad. Esos jóvenes, que habían crecido siguiendo al Club Deportivo, mataban su hambre de fútbol con estos campeonatos. Y uno de esos equipos, el que formaban unos chavales de la zona centro de la ciudad, fue el que acabo recuperando el fútbol en la localidad y al Villarreal.

Las iniciales de cada jugador

Dicho club se federó en 1942, tras una asamblea en la Granja Bar, lugar de reunión de la gente del fútbol de toda la vida. Ya de inicio se quiso mantener la nomenclatura de Villarreal Club de Fútbol o Club Deportivo, algo que acabaría haciéndose a los pocos años (1946). Pero inicialmente se llamó el Foghetecaz, que dio su peculiar nombre a la inicial de cada jugador: Fo (Font), HE (Herrero), TE (Teuler), CA (Catalá) y Z (Zaragoza); al que añadieron dos puntos para reconocer a los que se fueron sumando.

Con esa nomenclatura extraña, los chicos del Foghetecaz empezaron a competir, logrando ganar el Campeonato Aficionados Regional en 1951 ante el Torrente, en el Campo de Vallejo. Ese logro, les permitió competir en el Campeonato Nacional de Aficionados, en el que lograron dejar en la cuneta al FC Barcelona Amateur y al Iruña de Pamplona, para caer ante el Chamberí en semifinales.

Recupera el nombre de la localidad

Aquellos logros, hicieron que tras conocerse al equipo de Vila-real por toda España, fuera de alcalde Vicente Peris, el que pidiera que el club volviera denominarse como se había denominado siempre. Por lo que se decidió nombrarlo como Villarreal Club de Fútbol, bajo la presidencia de Lorenzo Carda.

En aquel equipo jugaban varios jóvenes destacados, como eran: Bachero, García Diago, Tachero, Isaco, Arzo, Callergues, Botiguer, Blanco, Cubero, González, Chato Gómez, Font de Mora, Rafa o Mallén.

De todos ellos, destacaban dos, tanto por su clase, como por su peso en el equipo. El primero Bautista González “el Lluent”, primer futbolista, que el club traspasó, al venderlo al Alcoyano que militaba en la Segunda División. Del segundo se puede decir que es junto Fernando Roig, el personaje más importante de la historia del Villarreal, y este no era otro que Pascual Font de Mora.

El Villarreal de hoy en día no existiría de no ser por él, que fue capaz de llevar un equipo de pueblo hasta el fútbol profesional, a lo que sumó salvarlo económicamente una y otra vez, durante muchos años.