Fiabilidad alemana

Real Madrid y Alemania. Alemania y Real Madrid. Es una combinación que históricamente funciona. Fiable, como los motores Mercedes. De Günter Netzer, Paul Breitner o Uli Stielike... a Antonio Rüdiger (30 años) y Toni Kroos (34). Si el Real Madrid es un bólido que sólo ha descarrilado en una ocasión esta temporada (derbi liguero ante el Atleti), buena parte de culpa la tiene su pareja alemana. Al alza. Tanto el central, cerrojo y ahora también martillo (goleador en sus dos últimos partidos), como el centrocampista, a quien los pitos en la semifinal supercopera le hicieron sacar su más fina ironía en redes sociales (”¡Fue divertido! Increíble la afición”). Para Ancelotti, Rüdiger y Kroos son dos seguros de vida y a ellos se aferrará para ganar el primer título de 2024 en el superClásico. El central, el káiser de la defensa. El centrocampista, el director de orquesta.

Sin la aportación de Rüdiger no se entendería la fortaleza de la retaguardia blanca. Sin Militao, ahora también sin Alaba, los blancos han firmado sus mejores 19 primeros partidos ligueros en términos defensivos. Apenas 11 goles en contra, algo nunca logrado en 122 años de historia. Rambo ha disputado 25 partidos (sólo se ha perdido el de la Arandina en Copa, por descanso, y el del Valencia en Liga, por acumulación de tarjetas)y 2.159 minutos, apenas por detrás, y ligeramente, de Valverde (2.186′). El de Neükolln se ha crecido ante la adversidad y ha asumido el rol de líder, aunque lo regatee (”No me veo como el jefe o algo así. Solo hago mi trabajo e intento hacerlo perfecto”). La realidad y su rendimiento contradicen sus palabras. Nadie ha ganado más duelos aéreos en el Madrid que Rüdiger (47) y Nacho (16) y Alaba (12), los otros centrales, aparecen a años luz. Tampoco tiene rival en disparos bloqueados (23, frente a los 10 y 8 de Nacho y Alaba, segundo y tercero). Y en ataque ha confirmado con sus goles a Mallorca y Atlético una amenaza ofensiva que se palpaba y con sus dos tantos ahora también es tangible. El equipo blanco recibe esta temporada 0,72 goles por partido y 3,04 tiros a puerta, por los 0,98 y 3,9 de la pasada. Un mejora donde la influencia del muro de Berlín es irrefutable.

Como lo es la importancia de Kroos en los esquemas de Ancelotti. En plural, porque el de Greifswald, que comenzó el curso un rol no tan protagónico ante la pujanza de un centro del campo más físico (Tchouameni, Camavinga y Valverde como escuderos de Bellingham), ha volteado su situación y en los días grandes es indiscutible. Ya sea en el rombo de comienzo de campaña o en el doble pivote del 4-4-2 que aparece en al pizarra actual de Ancelotti. Toni es el sexto futbolista más utilizado por el técnico de Reggiolo (1.575′) y su presencia en el once ante el Barça se presupone ineludible. Unos problemas en el tobillo hicieron a Carletto no arriesgar en la semifinal contra el Atleti, pero su actuación tras saltar al verde del Al Awwal Park, ajeno a la banda sonora que le acompañó a cada intervención, certificó que para la final estará más que listo. En cuanto entró al campo enchufó el metrónomo: 67 de 71 en pases (94,4%), 29 de ellos finalizados en el último tercio del campo e incluyendo cinco centros exitosos (líder junto a Modric y Vinicius). Envíos de todos los colores y en todas partes (véase el gráfico).

Números que lejos de ser un oasis, son el desierto: promedia 94,8 pases exitosos por cada 90′, cuarto en las cinco grandes ligas (Rodri, en el City, es el líder), y con un excelente 94,6% de acierto. Pronto comenzará a ganar protagonismo su continuidad. Termina contra el 30 de junio y tanto el club como el cuerpo técnico, como informó AS, estarían encantados de que Toni echase un garabato en la hoja de renovación. Pero eso será decisión del jugador. Como lo fue la temporada pasada. Esa será una conversación para otro momento. Ahora Kroos sólo tiene en mente sumar su título número 21 como madridista. Al igual que Rüdiger buscará el cuarto. Y Ancelotti el undécimo, que le igualará a Zidane y dejará sólo a Miguel Muñoz y sus 14 entorchados por delante. Para ello, el italiano contará con su pareja alemana como piezas clave del engranaje.

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