Fe en Dembélé, dudas con Raphinha

Pese a que vuelto tropezar con las lesiones esta temporada y ha estado parado tres meses después de romperse en Girona, el Barça, por expreso deseo de Xavi, ya le ha ofrecido la renovación a Dembélé hasta 2027. Una demostración de confianza que contrasta con las dudas que existen con Raphinha pese a que el brasileño mejora los números del francés (diez goles y once asistencias del ex jugador del Leeds frente a los ocho goles y siete asistencias del campeón del mundo en 2018.

Aunque el relato en público sea distinto, los casos de Dembélé y Raphinha están íntimamente ligados porque son dos cromos repetidos en el equipo y, en la situación de estrechez económica del Barça, y con el deseo de traer de vuelta a Messi, la plantilla debe equilibrarse de alguna manera. Xavi está satisfecho con el rendimiento de Raphinha pero también sabe de boca del brasileño que donde quiere jugar es en una posición en la que prefiere a Dembélé.

Y luego está el factor Deco. Representante de Raphinha y clave en su fichaje por el Barça, el futuro director de fútbol tendría una ‘patata caliente’ si tiene en el plantel a un jugador de su empresa. Eso podría empujar al club a traspasarlo antes de que Deco tomase el mando para que no hubiera acusaciones de trato de favor. Varios equipos de la Premier se han interesado por un futbolista que ya ha demostrado que es competitivo en varias Ligas. Raphinha ha vivido con una maleta toda su carrera y si la propuesta que le llegue de Inglaterra es buena, estaría abierta a escucharla. En términos de amortización, el Barça necesita una oferta potente para sacar beneficio del jugador. En términos contables, Raphinha le cuesta 25 millones al año (trece del resultado de dividir el precio de su traspaso, 65 millones, en cinco años de contrato; y una ficha de unos doce millones). El Barça empezaría a ganar dinero a partir de un traspaso de 60 millones…, si el brasileño perdona el dinero que tiene firmado.

Raphinha y Dembélé empezaron jugando juntos la temporada. Pero no terminaron de mezclar bien y después del primer Clásico de Liga en el Bernabéu (3-1), Xavi empezó a cambiar el plan y a usar a los cuatro centrocampistas. Raphinha, además, se sinceró con el técnico después del partido ante el Inter en San Siro, en el que no funcionó como interior izquierdo, y le dijo que donde realmente se sentía cómodo era como extremo derecho. Ahí nació la teoría de los cromos repetidos que el Barça no puede permitirse. Menos si acaba llegando Messi.