“Eto’o se fue cobrando todas sus cuentas pendientes con el Madrid”

Siempre pegado a la banda derecha, es considerado uno de los mejores futbolistas extremeños de la historia. Llegó a la élite tocando metal al ganar la Copa del Rey vistiendo la camiseta del Real Mallorca y rozó la épica contra el Bayern de Múnich en una eliminatoria en la que toda España se sintió azulona por un día. También pasó por el Hércules, el Granada y el Zaragoza antes de retirase en el Aarhus danés en 2015. Años después de colgar las botas, busca sin impacientarse una nueva oportunidad en los banquillos después de ser ayudante de Bernd Schuster en el Dalian Yifang chino. David Cortés (Llerena, 1979) atiende a AS con semblante tranquilo, confiado y dispuesto a hablar largo y tendido sobre su gran pasión: el fútbol.

Pregunta: Empecemos hablando de sus inicios en el Extremadura.

Respuesta: Yo soy de allí, de la cantera. He ido ascendiendo categoría a categoría y, en un momento determinado, pasé del filial al primer equipo para entrenar. En ese momento, estaba en el equipo Rafa Benítez. En la temporada 1998/99, debuté en Copa del Rey contra el Levante. En Liga no llegué a debutar. El equipo esa temporada descendió a Segunda División y, ese año, ya me incorporé al primer equipo como jugador profesional. Estuve tres años en Segunda y me marché a Mallorca en 2002.

P: Y vaya llegada al Real Mallorca: ganando la Copa del Rey.

R: Fue un gran cambio para mí. Primero, por la edad. También era la primera salida fuera de mi casa. Me encontré un grupo impresionante con jugadores de mucho nivel, de muchísima calidad. No fue fácil, había un equipo prácticamente hecho que había estado en Champions el año anterior. Pero intenté ganarme mi puesto trabajando. La temporada salió muy bien, hicimos un año muy bueno en Liga y, en Copa del Rey, nada que decir. Llegar a la final y ganarla en mi primer año en Primera no era lo que tenía previsto, pero fue muy importante para mi carrera.

P: Tras unos años difíciles, el Mallorca se ha asentado en la élite. ¿Cómo ve la actualidad del club balear?

R: Ha sido un gran cambio. En la época anterior a mi llegada, jugó finales de Copa, Recopa, Supercopa… es verdad que, luego, hubo un momento de transición y varios cambios de presidente. No es fácil mantenerse en Primera División muchos años y el último cambio de presidente con la compra del club le ha dado una inyección económica muy importante y le ha dado estabilidad. Se creyó en un futuro cuando el equipo tocó suelo. Se creyó en un proyecto importante. No era fácil, pero se subió y, ahora, está en un momento en el que hay que darle estabilidad al club en todos los aspectos. Lo veo todo muy cambiado, están poniendo Son Moix muy bonito. La pena que teníamos antes era la pista de atletismo, eso te distancia mucho del calor de tu gente. Y eso le va a dar un plus más al equipo cuando juegue en casa. Me alegro mucho por ellos. Que les vayan siempre muy bien las cosas y que no tengan techo.

P: Sin duda, un gran cambio.

R: Antes, también costaba mucho arraigar al aficionado para que siguiese al equipo año tras año. Y han vivido muy buenos tiempos, pero cuando el equipo cayó, la afición se mantuvo. Y eso ha sido muy bien acogido por el club. Han invertido bien, la gente está respondiendo. Se merecen ese cambio.

P: Contra el Madrid, la cara y la cruz. Pierden la Supercopa, pero sorprenden en el Bernabéu con exhibición de Eto’o.

R: El Real Madrid ha sido uno de los equipos al que más hemos ganado. Tanto la victoria en el Bernabéu que comenta como en la temporada 2002/03, cuando en el Bernabéu le metimos cinco al Madrid con todos los ‘Galácticos’. Fue impresionante. También lo hicimos en casa en Copa del Rey. Recuerdo meterles cuatro. Ha sido un equipo que se nos ha dado bien y teníamos a Samuel, que tenía cuentas pendientes con el club y se las fue cobrando una a una. Desde que dejó el Real Madrid, le ha pasado factura al Madrid por haberle dejado marchar. El 2-3 fue uno de esos partidos que se te quedan grabados. Ganar en el Bernabéu no es fácil ni se da todos los días.

P: Después de cuatro temporadas en Mallorca, ficha por el Getafe. ¿Qué recuerda de la etapa azulona?

R: Los recuerdos son muy buenos. Pasé cuatro temporadas allí, de las mejores temporadas que ha tenido el club en su historia. Siempre es bonito recordar esas temporadas porque, a nivel grupal, era un club pequeño. Un club familiar en el que todos los que estuvimos esos años crecimos personal y profesionalmente muchísimo. Le guardo un cariño enorme tanto a la afición, que es muy cercana, como a la gente que trabaja dentro del club. Siempre recuerdo con añoranza esos momentos, grandes momentos como las finales de Copa, jugar la UEFA… y también jugar partidos en los que tenías que salvar el pellejo, que es donde se asientan las bases, cuando mantienes al club en Primera División. Luego, cuando caes al pozo, nunca sabes cuándo puedes volver a subir.

P: En el Getafe, vive momentos de todo tipo. Entre ellos, la participación histórica en la Copa de la UEFA y las finales de Copa perdidas. ¿Qué balance hace?

El balance es positivo por haber jugado las finales en las que, a lo mejor, al principio no pensábamos estar. Pero siempre que se pierde hay que sacar algo positivo, aunque en general es negativo. A la primera final de Copa del Rey llegamos en un momento muy bueno, aunque con muy poca experiencia. Nos enfrentábamos a un equipo muy bueno como es el Sevilla, con muchísima experiencia en finales. Pero estábamos en un buen momento, lo que pasa es que acusamos bastante el ser un equipo menos experimentado.

En la segunda temporada, cambiamos de entrenador y volvimos a coger otra vez el ritmo de la competición. Hicimos muy buena temporada en Copa, no tanto en Liga. Es verdad que nos pesó jugar tres competiciones, el club tampoco estaba preparado para tener una plantilla que aguantara todas esas competiciones. Muchos de nosotros jugábamos unos 35 partidos por temporada y esa temporada superamos los 50 partidos. Fue un cambio importante en el que aguantamos lo que pudimos y tuvimos ese pelín de mala suerte. Contra el Bayern tuvimos el partido ganado, prácticamente estaba ganado con un jugador menos. Meterle tres al Bayern de Múnich y tener ese infortunio tremendo… te parte el alma.

Lo peor ya no es que te eliminen, sino que ese momento lo arrastramos hasta la final de Copa contra el Valencia. Teníamos muchas esperanzas en ese partido. El Valencia, en ese momento, aunque tenía una gran plantilla no estaba bien. Nosotros teníamos un equipo que jugaba muy bien al fútbol, alegre, bonito… y teníamos la experiencia del año anterior. En ese partido, acusamos la derrota contra el Bayern.

P: Bordalás ha levantado al Getafe, aunque su estilo tiene adeptos y detractores. Él se lo toma con ironía y lleva un lema por bandera: “¡Esto es fútbol, papá!”

R: (Risas) Yo veo normal que se defienda. Si yo estuviera en ese grupo, actuaría de la misma manera. Estoy cansado de escuchar a tantos futbolistas o entrenadores meterse o quejarse. Eso nunca ha pasado, cada uno pelea con sus armas. Nadie después de un partido se queja porque alguien pierda tiempo, por ejemplo. Anteriormente, eso lo han hecho montones de equipos, es lícito. Lo que me extraña es que quieran tapar sus vergüenzas con el éxito de otro equipo.

Me parece que el equipo está haciendo un grandísimo trabajo. Pienso que el Getafe y Bordalás congenian muy bien, los jugadores también asimilan e interpretan la idea del míster al 100%, que es lo principal. Te puede gustar más o menos su juego, pero lo importante es que tus jugadores crean en tu mensaje y que ese mensaje dé resultados. Si no hubiese resultados, se hablaría de otro tema, pero no es así. La afición está contenta porque ve resultados. No hay por qué dar 50 pases antes de marcar un gol. Eso no está escrito en los libros del fútbol, sino que cada uno busca el éxito a su manera, como puede. Estoy a favor de Bordalás y del equipo y en contra de esa gente que sólo critica y se queja cuando no consigue sus objetivos. Eso es así, no hay más. Como dice Bordalás: “¡Esto es fútbol, papá!”. El hombre estará cansado de este debate, yo lo estaría.

P: Sale del Getafe en verano de 2010 y ficha por el Hércules, donde coincide con Royston Drenthe o con David Trezeguet. ¿Qué puede contarnos de esa etapa?

R: Fue un fichaje un poco inesperado, tenía otras ideas para mí. Es verdad que la última temporada en Getafe fue buena deportivamente, pero en lo personal no congenié muy bien con el míster (Míchel) y tuve que abandonar con todo el dolor de mi corazón. Llegó la oportunidad de Alicante, fui el único jugador español que firmó por el Hércules ese año. Nos encontramos una plantilla muy extensa, con muchos jugadores de muchas nacionalidades. Con jugadorazos como Trezeguet, como Drenthe, como Valdez… Había muchos jugadores importantes y tenían que congeniar.

Las infraestructuras del club dejaban mucho que desear. Estábamos en Primera División y el lugar de entrenamiento no era bueno, el día a día se hacía duro, tenías que marchar a otros campos para entrenar. Creía que eso ya lo había pasado en mi época en el Extremadura cuando había que ir a otros pueblos para entrenar en condiciones, pero no, allí también tocaba. Es verdad que a principio de temporada, hasta Navidad, el equipo cogió una idea y un rombo bueno y ganamos partidos. Jugábamos bien al fútbol, la gente estaba contenta. La afición, de verdad, es impresionante. El Hércules tiene muchísima afición.

El problema es que, poco a poco, la inestabilidad del club no sentaba bien en el día a día. Y eso se notó. El venir de Navidades y que hubiera problemas de impagos o de cualquier clase, cada día había un problema. Y trabajar así, de esa manera, es difícil. Se hizo muy larga la temporada. Yo creo que hay mucha gente que no dio todo lo que tenía que dar para intentar dejar a ese club en Primera División, que era lo que se merecía. Mucha gente del filial debutó. Cuando pasa eso, o eres muy bueno y tienes que debutar, o es que hace falta porque no hay otro que juegue. Es la triste realidad.

P: Años después de su salida, el Hércules no ha salido del pozo…

R: Sigue habiendo inestabilidad y problemas económicos. Y eso que es una de las plazas bonitas para ir a jugar y para vivir. Porque además de su campo, que tiene un campazo, tiene una afición de diez. Aunque baje a Segunda B, a Segunda Federación, a lo que sea, la gente sigue ahí. Si les das un poquito, te dan todo. Pero el club tiene que mejorar muchísimo a nivel global, en todo.

P: Después de la etapa en el Hércules, también juega en el Granada y en el Zaragoza.

R: Al descender en Alicante, yo estuve disgustado por el descenso porque no esperaba poder descender. Fue la primera vez que descendí de Primera División y fue una pena. Intentaron renovarme, pero todavía tenía el deseo de jugar en Primera. Es complicado llegar a esa categoría y mantenerte. Entonces, mis ilusiones siempre pasaban ya no por lo económico, sino por seguir jugando al más alto nivel. No quiere decir que la Segunda División no sea de alto nivel, pero yo quería seguir jugando en Primera. El Granada me dio esa posibilidad, la de mantenerme en Primera, y tuve la mala fortuna de tener una lesión que me arrastró bastante tiempo. No terminaba de recuperarme del todo.

Fue un año muy duro, profesional y personalmente. Profesionalmente, ellos no pudieron contar conmigo. Tenían una idea conmigo, al igual que yo también la tenía con ellos. Yo me comporté en Granada como un grandísimo profesional, tanto con el club como con mis compañeros, pero el día a día se hacía duro para mí y para muchos jugadores. Aunque siempre intentábamos mantener un nivel de profesionalidad para que el equipo diese un alto nivel que permitiese competir en la Liga. Al final de la temporada fue cuando pude jugar y aportar mi granito de arena para que el club mantuviese la categoría. Lo conseguimos en Vallecas, en el último partido. Fue una explosión de alegría, porque había sido un año muy duro. Tuvimos ese premio y siempre estaré contento.

P: Logran la permanencia en ese partido del célebre gol de Tamudo para el Rayo…

R: Si hubiera habido VAR, el Rayo hubiera tenido un problema, porque marcó en fuera de juego. Nos salvamos los dos. En ese partido, estaba el descenso. O descendían ellos, o descendíamos nosotros. Y gracias al gol de Falcao en Villarreal, nos mantuvimos los dos. No nos lo creíamos, salimos los dos equipos súper contentos, ninguno lo esperaba.

P: Colgó las botas en Dinamarca. Casi nueve años después de su retirada, ¿cómo valora su carrera?

R: Ha sido una carrera bonita. Dura, porque hay que esforzarse mucho. Mantenerse tantos años a nivel profesional es muy difícil. Son muchos años en Primera consecutivamente y, casi siempre, jugando. No he sido el típico jugador que jugaba poco, he jugado casi todo. Siempre he dicho que ha sido una carrera de éxito, porque mantenerse ahí tanto tiempo no es fácil. Pelear todos los días para ganarte un puesto… El balance es positivo, muy positivo.

P: Hace cinco años, tuvo su primera experiencia como entrenador como ayudante de Schuster en el Dalian Yifang. ¿Qué tal el reencuentro con el alemán?

R: Siempre hemos tenido comunicación, nos hemos visto mucho después de haber sido entrenador y jugador y hemos mantenido el contacto. Cuando terminó mi carrera, lo primero que hice fue intentar aprovechar el tiempo y formarme. Me saqué mis títulos de entrenador y él me comentó la posibilidad de involucrarme si salía algún proyecto. Le dije que sí. Tuvimos la suerte de que salió el proyecto en China. Un proyecto que ya estaba comenzado, pero nos subimos a ese barco. Era complicado, porque en la liga china los jugadores prácticamente no son profesionales y tienen una mentalidad muy diferente. Pero hicimos un gran trabajo gracias al que pudimos mantener al equipo en primera división siendo un recién ascendido y le dimos estabilidad al club para intentar darle ese plus y ese crecimiento que queríamos. Tuvimos la mala suerte de que en China hay muchos cambios, te utilizan prácticamente. Al acabar la temporada cumpliendo el objetivo, que era la permanencia, abandonamos el club.

P: Al igual que China, Arabia Saudí está esforzándose en hacer crecer su liga. La burbuja en China explotó, ¿cree que pasará lo mismo en Arabia Saudí?

R: La idea más o menos es la misma, pero pienso que en Arabia Saudí hay más fútbol. La gente tiene otra mentalidad. No sé la profesionalidad que tienen los jugadores, pero he visto algo de la liga saudí y eso es otra historia. La liga china se llevaba muchísimas estrellas las necesitara o no. Igual no necesitaba a ciertas estrellas para conseguir los objetivos, pero ellos las querían para darle ese colorido y ese caché a la liga. Ellos fichaban por nombres, pero no te permitían maniobrar mucho. No sé si eso ocurre en la liga saudí, creo que va a ser diferente. A nivel económico, en China, el gobierno dio unas facilidades para hacer inversiones y esas inversiones se cortaron. Cuando se cortó esa inversión, los jugadores de talla mundial abandonaron. Yo creo que, en Arabia Saudí, está pasando un poco lo mismo, pero pienso que no va a ser igual que en China.

P: Para terminar: a día de hoy, ¿a qué se dedica David Cortés? ¿Y cuáles son sus objetivos?

R: A día de hoy, sigo viendo fútbol. Intento ver todo lo que puedo. Y sigo esperando algo que me llene de verdad. El fútbol es un deporte y un trabajo que te chupa muchísima energía y, cuando coges un proyecto, tienes que cogerlo al 100%. Si no, es mejor quedarse parado. Ahora mismo, disfruto de mi familia. Intento estar con mis hijas, con mi mujer y con mis amigos. Si sale algo que me interese y que me llene, a por ello. Pero, por ahora, estoy tranquilo y disfrutando desde fuera.

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