“Espero que se me recuerde como alguien que nunca se rindió”
“Me hubiera gustado despedirme de otro modo”, admite David López, quien no obstante deja el Espanyol “feliz”. “¿Dónde iré? Al Barça seguro que no, que mi hija no me deja”, bromeó.
Con Rafa Marañón, Dani Solsona y Raúl Tamudo entregándole la camiseta conmemorativa de sus 237 partidos con la camiseta blanquiazul. Y Tommy N’Kono regalándole el brazalete que tantas veces lució. El desfile de leyendas del Espanyol en la Sala President del RCDE Stadium evidenciaba que se despedía a un futbolista emblemático. A David López. El capitán. “Espero que me recordéis como alguien que nunca se rindió”, proclamó.
“Me he propuesto no llorar demasiado, aunque no prometo nada”, se arrancó. E incumplió su promesa a los pocos segundos. El canterano, que debutó con el primer equipo en 2010 y se marcha ahora al no renovarse su contrato, se mostró “orgulloso del esfuerzo, sacrificio, lealtad al club, mirando siempre por el escudo antes que por mí mismo. De los valores que he intentado transmitir siempre a los compañeros. De haber defendido hasta el final esta camiseta. Haber portado el brazalete de capitán en este club ha sido sin duda uno de los mayores logros de mi carrera. Estoy feliz por todo”, afirmó.
“Me gustaría que me recordárais como una buena persona, humilde y trabajadora. Sobre todo, espero que me recordéis como alguien que nunca se rindió, jamás, viniera lo que viniera, errores, derrotas, críticas, descenso, lesiones… Cualquier cosa. Me he caído muchas veces, pero siempre pensando en levantarme lo antes posible. Ese sería mi mejor legado porque creo que son los valores que representa el Espanyol”, sentenció David, quien apostilló: “Me voy, pero siempre estaré siguiendo al Espanyol, no dejaré nunca de ser un socio más y estaré para lo que el club necesite. Obviamente, me gustaría que en el futuro nuestros caminos se volvieran a cruzar. Estaré dispuesto para lo que sea”.
Sobre su salida, sin una despedida multitudinaria más allá del centenar largo de aficionados que pudieron citarse en la grada del RCDE Stadium para ovacionarlo, admitió David López que “quizá las cosas se podrían haber hecho de otro modo, porque era una decisión de club prácticamente tomada. Me hubiera gustado despedirme de otro modo, en casa, por ejemplo en el partido del Valencia. Pero al final el acto es bonito, y me voy contento”.
Y de su futuro, asumió estar “todavía un poco aturdido”. Y añadió: “Lo único que tengo claro es que mi hija no me deja ir al Barça, ahí seguro que no. Estamos valorando cosas, lo tengamos todo sobre la mesa, valoraré lo que más me ilusione y lo que sea mejor para mi familia”.
Con la carga del descenso como algo que le “penalizó mucho” y la “liberación del ascenso”, asumió David que su único reproche es haberse llevado a casa esa responsabilidad de capitán, de haber “priorizado siempre el equipo por encima de uno mismo”. Y con un agradecimiento a todos los estamentos del club, de la afición, aseguró que la capitanía tras su marcha y la de Diego López sigue estando en buenas manos y no descarta en un futuro dedicarse a entrenar. Pero queda mucho para ello: David López, “ejemplar, capitán y canterano” como lo definió el CEO del Espanyol, Mao Ye, tiene cuerda para rato.