Eraso: “Entiendo que Nico Williams pueda tener otras aspiraciones”

Javi Eraso (Pamplona, 34 años) sigue hablando como cuando era futbolista. Es decir, que sigue sin parecer futbolista. En su larga carrera, la normalidad fue una de sus virtudes. Campechanía que llevaba al extremo. Y ahí sigue. No desaparecen sus tacos, sus guiños y chascarrillos. Esa forma de hablar de todo como si fuera ordinario, aunque se traten de hechos extraordinarios.

Como marcarle un golazo al Real Madrid en el Bernabéu y forzar la eliminación copera con el Leganés de aquel equipo que luego ganaría la Champions. “Siempre me recordarán por aquello, pero a mí lo que me cambió la vida fue subir a Segunda División con el Lega”, evoca ya retirado del balompié, desde su casa de Bilbao y sin saber qué quiere ser de mayor. “Espero que no sea nada relacionado con el fútbol, porque me gustaría tener los findes libres… pero si me toca seguir ligado al fútbol, no hay problema”, añade con esa mirada limpia que igual describe sus años junto a Valverde en el Athletic (45 partidos oficiales), que sus malos tragos junto a Pellegrino en el Leganés.

Memorias de una carrera dilatada en la que el peso de la madurez le ha ido ahorrándole disgustos. Con esa serenidad, manda mensajes de calma. Al Leganés (en el que es leyenda como sexto jugador con más partidos en categorías profesionales, 215), para que se rebaje la tensión pese a que los fichajes no llegan. Al Athletic, para que miren con normalidad la posible salida de Nico Williams en busca de otras experiencias.

¿Le puedo llamar ya ex futbolista?

Puedes llamarme perfectamente ex futbolista. A todo el mundo le llega el momento y mi momento era éste. La pelota se queda aparcada. Echaré mis pachanguitas con los colegas, pero una vez tomas la decisión… a ver… cuesta. A mí me ha costado. Pero una vez tomas la decisión, descansas. Dices ‘¡Ya está’. Tu cabeza respira. Porque antes todo es darle vueltas. Que si lo dejo, que si no lo dejo… Tenía que tomar la decisión… así que sí… soy un ex futbolista…

Pues qué quiere que le diga… a mí aún no me sale llamarle así…

(Risas) Claro, y a mí se me hace raro. Pero bueno, si alguien me llama ‘retirao’… pues le tendré que decir que sí. Aunque cuesta asimilarlo, porque mal no me encuentro, al contrario. Se me hará raro con los que tengo confianza, con vosotros, cuando hablemos y no sea como jugador… pero el tiempo lo pone todo en orden. Cuando nos veamos otras veces ya se hará normal lo de verme como el retirado éste…

Una decisión así, ¿cómo se toma? ¿En qué día supo al 100% que lo dejaba?

Es progresivo. Vas cumpliendo una edad. Pasa la temporada y empiezas a valorarlo. Mira que la temporada pasada no estaba mal. Estaba bien al inicio. Pero luego va pasando todo, empiezas a pensar en la siguiente campaña… y ya no lo ves igual. Y ojo, quiero aclarar que en el tramo final no me afectó en mi decisión que jugase menos. Era más tema meditado. En enero – febrero, ya iba pensando en todo…

¿Y qué pensaba?

Pues lo típico, empiezas a planear si tienes que hacer mudanzas, ver casas, buscar colegios para la niña… y yo decía ‘Joder… tanto me llena el fútbol para otra vez mover a todo el mundo a una nueva aventura’. Decidí al final que no. Que me llenaba más estar en casa. Estar un tiempo con los padres, los amigos, mi hermana… tener a todos los abuelos a tope con su nieta. Eso me llenaba más que otro año de fútbol. Incluso renovar, que me habían comentado en el Amorebieta.

Y aún así, será complicado…

Claro. Porque es lo que siempre has hecho durante toda tu vida. No te lo acabas de creer. Hasta que al final, termina la temporada, hablé con mi mujer y dijimos, ‘esto se termina ya’. Y se lo dices a todo el mundo, tus más cercanos: a Álvaro, mi repre, familia y demás… Ahí ya descansa la cabeza, organizas para volver a casa y te relajas.

¿Cómo vivió sus últimos partidos con el Amorebieta?

Dicen que se disfrutan más. A ver, yo en el día a día pensaba ‘esto se me acaba, éste es el último viaje, el último partido, el último entrenamiento…’ Y eso te hace tener cosquillas en la tripa. Pero yo también potenciaba otros pensamientos, como que me esperan grandes cosas que me apetece hacer: esquiar los fines de semana, estar con mi hija… voy a echar de menos el día a día, pero gano otras cosas.

Sus 34 años, en el fútbol moderno, no es edad de retirada segura en el fútbol moderno. Mire, en el Leganés Miramón tiene esa edad y fue clave en el ascenso la pasada campaña.

Sí, es buena edad, lo sé. Mira Miramón, la experiencia te da un poso para cuando tienes los momentos malos, vivirlo con otra calma. Mira, yo hablo mucho con Rubén Pérez [ex del Leganés, ahora en Panathinaikos con 35 años] y me dice que él sigue, que quiere jugar. Y lo entiendo. Yo le digo que siga, que tire… pero yo creo que mi momento era éste. Haber descendido con el Amorebieta también me dolió y me pesó un poco. Un palo duro…

¿Por qué?

Porque el futuro también te lo cambia. Las alternativas que te salen son más complejas. Ya no te quedas en Segunda, sino que tienes seguramente que buscarte un Primera RFEF o un equipo fuera, en el extranjero. Demasiado lío y yo ya la tenía la decisión bastante avanzada. Incluso con la permanencia yo creo que lo habría dejado.

Hasta que lo hizo público, ¿no le llegó ninguna propuesta?

El Amorebieta me recordaba mucho al Leganés en los inicios, que eran cuatro trabajando en la parte deportiva. Con ellos sí que hablé y me dijeron de seguir… pero yo ya les dije lo que pensaba. Sí, me llegaron cosas de fuera, cosas locas tipo Qata… pero no. Ya nada me iba a mover.

Tras su carrera… ¿usted es más del Leganés o del Athletic?

Esto es lo típico de a quién quieres, a mamá o a papá. Es complicado, porque el Athletic me inculcó mis valores y ahí comencé, pero llegado el momento profesional, pues no tenía hueco y el Leganés me dio esa oportunidad de crecer y hacer cosas bonitas… Me quedo con los dos.

Quédese con un momento del Leganés…

A mí se me va a recordar siempre por el partido que ganamos en el Bernabéu y eliminamos al Real Madrid en Copa. Por el gol que marqué. Es lo que más repercusión ha tenido… Pero mi carrera cambia con el ascenso a Segunda División. Nos la cambió a muchos jugadores de aquella plantilla, porque pasas de ser de Segunda B a Segunda. Y aquello nos abrió las puertas luego de cotas mayores e incluso Primera.

¿Lo peor quizá fue su etapa con Pellegrino?

Sí, seguramente en el que mi cabeza estaba peor. Nunca viví esa situación. No echo la culpa solo a los demás. Tampoco había tenido que afrontar yo que un entrenador me quisiera… pero no me pusiera nunca o me hiciera el 18º de la plantilla. Entonces recuerdo que tuve la opción de irme al Alavés… y lo pasé mal. No le echo la culpa a nadie, ojo. Con Mauricio además me llevo fenomenal. Cuando dejé el Leganés me escribió un mensaje de felicitación. Se lo agradecí mogollón… pero yo entonces no estaba preparado para pasar de ser un jugador clave a no jugar.

Luego le pasó algo parecido con Martí.

Sí, eso es. Justo antes de que volviera Garitano al Leganés. Pero ya era otro jugador. Me invitaban a marcharme, pero yo estaba más tranquilo. Aún sin saber que iba a volver Asier. Mi cabeza estaba tranquila. A la espera de las cosas que pudieran pasar. Entonces era más consciente de las cosas que pueden pasar en el fútbol.

¿Cómo ve al Lega?

Tiene similitudes con el primer ascenso. No estaba llamado para subir, pero joer… yo veía un equipo. Sí, había otros jugadores mejores sobre el papel, pero el rendimiento que te ha dado jugadores como Diego, Miguel, todo en focado en lo grupal… ¡Buah! Mola mogollón. Me ha gustado mucho su rendimiento. Un meritazo. Ahora seguro que han entrado los miedos de la gente: que si la misma plantilla, que si no tienen fichajes… seguro que hay comentarios de esos. Pero si se mantiene el bloque del año pasado, habrá equipo para competir por la salvación. Lo que llegue dará un plus. Me gusta lo que hacen y cómo lo están haciendo.

¿Se ve usted reflejado en algún jugador de la actual plantilla?

Me comparan con Cissé. Y yo contentísimo. En mi última temporada en el Leganés coincidimos y teníamos muy buena relación. Yo le decía: “Cissé, cuando me vaya, coges mi número”. Tenía buen rollo. Me parece un buen jugador. Y eso que esta temporada no ha jugado tanto, pero para mí es un jugador de la leche. Va a jugar este año. Y lo va a hacer fenomenal. Un honor que me comparen con él.

En aquellos años de propiedad con los Moreno – Pavón no todo fueron vino y rosas…

A ver, cuando tú luchas por tus objetivos… si la cosa va bien, perfecto. Pero cuando la cosa va mal, siempre hay encontronazos. Y te enfadas. Con Felipe padre no he vuelto a hablar. Con Txema sí. Y con Asier también. Me escribió cuando lo dejé. He guardado buenas amistades, con la prensa, con empleados… Gente que se alegra de verme y me valora. Es muy bonito.

¿Cómo recuerda su paso por el primer equipo del Athletic? Dio la sensación como el paso definitivo para ser jugador de Primera…

Pues fíjate… es la etapa que menos recuerdo. Sí, te pone en el escaparate. Te pone en Primera. El primer año fue bueno. Jugué mucho. Pero el segundo ya no participé… pero el Athletic es un grande y te pone en un gran escaparate. Pude volver al Leganés y seguir siendo de élite.

Aquel Athletic fue un poco el gen del actual gran Athletic…

Sí, pero te soy sincero: de todo tiene mérito Valverde. Es que ha sido volver y de nuevo se han conseguido grandes cosas. Clasificaciones muy buenas en Liga, el título de Copa… y los jugadores, que vuelan. Es que ahora te gustan todos los jugadores del Athletic. En nuestro año pasó algo parecido. Estaba Valverde y luego se fue al Barça. Le dio mucho mérito a su forma de ser, su normalidad, su manera de entrenar.

Lo de Nico Williams y el Barça… ¿cómo lo ve usted?

Nico es un pelotero de la leche. Es normal que le salgan novias. Si te pones en su piel, es verdad que en el Athletic le van a tratar como Dios. Va a jugar y a un nivelazo, pero yo que he salido fuera, entiendo que tenga otras aspiraciones. No de ser mejor o peor jugador, pero de jugar otras competiciones. Estar en Champions, el brillo del Barcelona… eso te da un gran estatus mundial. En Bilbao todos lo aman… son cosas diferentes. Podría entender que algún día quiera salir porque hay cosas que sólo se pueden vivir en el Barça o en el Real Madrid. Nadie le va a dar lo que le da el Athletic, pero en esos equipos se consiguen cosas distintas…

En sus años en el Athletic se llegó a decir que era un futurible de la Selección…

¡Qué va, qué va! Quita, quita… a ver, que sí, que hubo gente que lo decía. Habría sido más fácil ahora con Luis de la Fuente, que me entrenó a mí y que se ha llevado a mucha gente del País Vasco. Y mira: mucha gente del Athletic, de la Real… han terminado saliéndose.

¿No le queda la espina de no haber jugado con Osasuna, usted que es navarro?

Yo jugué en Osasuna de pequeño. Pero cuando te vas al Athletic… no te miran igual… no como un traidor… pero sí como el cabrón éste que se va a Bilbao. A ver, todo lo que le pueda pasar bueno a Osasuna, encantados. Mi familia entera, la de mi mujer… todos son de Osasuna. Pero por circunstancias yo he crecido en el Athletic. Soy un pequeño traidor navarro del Athletic (Risas). El ambientazo del estadio me habría gustado disfrutarlo como jugador de Osasuna, pero no es algo que me torture.

Le veremos en el Osasuna – Leganés de inicio de Liga, ¿no?

Es el primer partido. Mi suegro tiene el carné de socio… y son las fiestas del pueblo. Pero igual me escapo con él. Ahora que puedo disfrutar del fútbol sin tener que obsesionarte por los resultados, ahora voy a gozarlo de verlo. Probablemente esté allí.

Y después del fútbol, ¿Javi Eraso qué va a ser de mayor?

Ahora es verano. Disfrutar de la gente. De mi familia. Luego, no puedo estar sin hacer nada. Es imposible. Puede que haga algo relacionado con el fútbol… pero sinceramente espero que no… porque quiero tener los findes libres. Disfrutar el fútbol de otra manera. Alguna inquietud me saldrá que no será relacionada con el fútbol… y si sigo relacionado con el fútbol, tampoco pasa nada.

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