En Montjuïc se cumplen los sueños

En lo alto de la sagrada montaña de Montjuïc, desde donde la inmensidad de Barcelona se hace infinitamente pequeña, no puedes más que soñar. Ni que todos continuáramos siguiendo con la mirada aquella flecha mágica que prendió las llamas de nuestro corazón olímpico, mágico aquel pebetero que hoy se erige majestuoso allí donde un verano alumbró al mundo entero, ese estadio olímpico donde ahora juega el Barça de manera ocasional continúa siendo el nido de los sueños. Musicales, deportivos, futboleros, vitales. Qué más da. Cuando terminas la subida sientes que todo es posible en aquel templo sagrado donde actúan y juegan los mejores. Como, por supuesto, una victoria de Las Palmas.

Tampoco es que pretenda ejercer de portavoz de tanta gente que piensa como él, pero ayer Sergi Cardona dio en el clavo a la primera. Habló de sueños cumplidos, como los que ustedes y yo tenemos. Como ese que buscan los futbolistas de Las Palmas de profanar un templo sagrado como el Estadio Olímpico Lluís Companys, tantos ellos debutantes contra el Barça en su casa, de alquiler en este caso. Sueños de forma redonda y olor a césped bajito y recién cortado, ese que tanto le gusta a los dos equipos. Será la del sábado una noche para soñar y contar. Lo que todos quisimos cuando éramos pequeños y volábamos con la mente. Ya que estamos, vayamos con todo a por ello.

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