En busca del gol perdido

Nadie en Girona esperaba repetir el éxito de la temporada 23-24 y nadie tampoco esperaba volver a contar con el pichichi de la Liga esta temporada. Los 24 goles que anotó Dovbyk son ya de sí una cifra excelente para cualquier delantero, pero para un equipo como el Girona fueron una bendición. Algo extraordinario, casi imposible de repetir, y que tardarán mucho en volver a ver en Montilivi. La idea de la dirección deportiva el verano pasado era cubrir la marcha de Dovbyk con uno o dos jugadores que, de forma conjunta, se acercaran a las cifras del hoy jugador de la Roma. Pese a ello, se quedaron muy lejos.

Esta última temporada el Girona ha marcado 44 goles (la anterior 85) siendo Stuani, con 11, el pichichi del equipo. Llegaron el verano pasado tanto Abel Ruiz como Miovski, pero su aportación goleadora ha sido pequeña: seis goles, cuatro el primero y dos el segundo, en un curso decepcionante para ambos. Y aquí es donde Quique Cárcel tiene trabajo.

Uno, de hecho, que no será sencillo ya que los tres delanteros (Stuani, Miovski y Abel Ruiz) tienen contrato en vigor. Sobre Stuani no hay ninguna duda: ha sido renovado, es seguramente el jugador más importante de la historia del club y sus cifras fueron excelentes teniendo en cuenta que prácticamente no fue titular hasta el final de temporada. Los otros dos casos, en cambio, son más complicados.

Abel Ruiz es uno de esos jugadores que debe “dar un paso adelante” y en el que tanto Míchel como Cárcel confían en que su segunda temporada sea mucho mejor. Es un delantero, además, con una buena capacidad de asociación y que no solo aporta goles. Salvo sorpresa mayúscula, pues, se quedará en el equipo ya que tiene contrato hasta 2029.

Todas las miradas se centran en Miovski. Con solo dos tantos e interés de varios equipos extranjeros (especialmente de Escocia) es el candidato número uno para abandonar la delantera del Girona. Fue una apuesta fuerte del club, pero una apuesta que no ha funcionado. Ya avisó Cárcel que los jugadores tienen contrato (Miovski hasta 2028) y que no podrían hacer “todos los movimientos” que les gustarían. La salida del normacedonio, sin embargo, parece clara. Acertar con el relevo será clave.

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