El sueño blanco de Vallejo

Las puertas de Valdebebas ya están engrasadas. En unos días, el próximo lunes concretamente, se terminan las vacaciones. Tanto el primer equipo como el Castilla vuelven al trabajo. Exámenes médicos y primer contacto con la 2024-25. Ancelotti, eso sí, no podrá contar con demasiados soldados. Courtois, Lucas Vázquez (a la espera de dar oficialidad a su continuidad), Alaba (a seguir su tratamiento de recuperación), Fran García, Ceballos, Brahim y Jesús Vallejo. Seis certezas y una duda, el central zaragozano, que anhela un último baile. Según ha podido saber AS, Vallejo se reunió con el club recientemente con una petición bajo el brazo. Una última bala. Su ilusión es luchar por cumplir el último año de contrato que le resta (hasta el 30 de junio de 2025). Desde el club no forzarán la situación. Al contrario. Ponen el futuro en sus manos: si el central aparece con una oferta que le seduzca, bien; si finalmente opta por quedarse, también.

Vallejo no supedita su decisión a llegadas. Es decir, a un Leny Yoro más que encaminado (la oferta ya está sobre la mesa y se espera que en Chamartín que pueda comenzar la pretemporada con el resto de la tropa). Su intención es saber, como así será, que la puerta del Madrid estará abierta si no aparece ningún proyecto que le satisfaga totalmente. Es consciente, y así se lo ha hecho saber también el club, que, de seguir de blanco, será el quinto central. Rüdiger, Militao, Alaba y ¿Yoro? estarán por delante. También está la polivalencia de un Tchouameni al que Ancelotti colocó en partidos señalados (ida de cuartos ante el City) por delante incluso de Nacho en el centro de la zaga. Vallejo lo sabe, pero quiere pelear.

El Madrid no le pondrá trabas. Entre otras cosas, por la profesionalidad perenne del futbolista. Así fue entre 2021 y 2023, también entre 2017 y 2019. Los dos tramos, trufados con cesiones, en los que ha formado parte de la plantilla blanca (en su vitrina lucen 11 títulos, las Champions de 2018 y de 2022 entre ellos). Mismo calificativo con el que le despidieron en Granada. No ha sido su año. Las lesiones, primero, y unos problemas personales, después, no le han dejado brillar como le hubiera gustado. Al nivel, al menos, que lo hizo en una 2020-21 (jugó 37 partidos) o una 2019-20 (llegó en enero tras no encajar en el Wolverhampton) donde dejó un poso estupendo en los Cármenes. Por algo el club nazarí volvió a tocar su puerta, por tercera vez, el curso pasado. “Me hubiera gustado tener más disponibilidad esta temporada para ayudar al equipo en sus objetivos. Os deseo mucha fuerza para todo lo que está por venir y muy agradecido por el apoyo que me habéis transmitido en esta difícil temporada”, se despidió el 1 de julio. Aunque salió cruz, en las entrañas del Granada sólo se escuchan buenas palabras de Jesús.

Un reto y nuevo dorsal

Vallejo, en lo venidero, tiene un reto, subirse al avión del Madrid rumbo a Estados Unidos. Desde el día 15 empezará a exprimirse al máximo, como siempre hace. Y ha hecho de manera particular en los días previos. Para mostrar que los problemas de Granada están bajo llave al fondo del baúl. La expedición parte el 28 de julio rumbo a la tierra de las oportunidades. El central espera tener la suya. A priori, si no hay runrún en materia mercado con alguna propuesta interesante, así será. Allí, en la Costa Este, estrenará dorsal. Su gran gesto con Jude Bellingham, a quien cedió su ‘5′ (”he estado charlando con él por si no le importaba... y quiero darle las gracias. Es un tipo fantástico”, reconoció el inglés en su presentación), le dejó sin él y tras el anuncio oficial de la entidad, Vallejo será el nuevo 18 blanco.

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