LAS PALMAS

El que falta

Alberto Moleiro encara la recta final de su recuperación. El único jugador de campo de la primera plantilla insular que no ha participado en Primera.

Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

Llevaba apenas veinte minutos en el césped del Red Bull Arena de Leipzig cuando Moleiro se llevaba la mano a la pierna y pedía el cambio. A falta de una semana para el inicio liguero la joven perla amarilla se iba a perder el estreno de los de García Pimienta en la Primera División. La causa, una microrrotura fibrilar en el bíceps femoral izquierdo, algo que no revestía mucha gravedad ni se esperaba que fuera a tenerlo lejos del verde mucho tiempo.

Se llegó a especular que su debut en la élite sería en Montilivi justo antes del primer parón de selecciones que se vivió esta temporada. Pero justo en esa misma semana como indicaba el técnico amarillo se resintió. “Es una pena. Estaba quemando etapas de su recuperación, cumpliendo los plazos, pero sintió un pinchazo. Con el grupo solo hacía los rondos, estaba con su trabajo progresivo”, explicaba el entrenador en la previa ante el Sevilla.

Así pues, lo que parecía un regreso inminente se convirtió en una espera indeterminada. En el nuevo calendario de hitos se situaba ahora la vuelta después del alto de este pasado fin de semana. Superado este descanso ya está muy cerca la U.D. de volver a ver en el terreno de juego a uno de sus mayores talentos. El único futbolista de campo de la primera plantilla grancanaria que todavía no ha disputado ni un solo minuto, en su caso por motivos de disponibilidad.

El futbolista lleva marcando una trayectoria ascendente en su influencia dentro del terreno de juego. Sin ir más lejos, sus ocho asistencias el curso pasado en Segunda solo fueron superadas por la nueve de De Blasis en el Cartagena y aunque no pudo marcar ningún gol, fue el que más veces —cinco— golpeó la madera junto a Jonathan Viera en toda la categoría.

Actuando en el frente de ataque, es habitual verlo partir desde el vértice izquierdo del ataque hacia el interior y relacionarse con todo aquel que tiene a su lado y que juegue de amarillo. Aunque también suele participar como interior o mediapunta si así lo requiere García Pimienta, quizá su posición fetiche. Moleiro aporta en cualquier caso verticalidad y regate, dando un punto anárquico que puede dinamitar encuentros sin margen de maniobra y que piden de individualidades para romperlo.

Repaso a la enfermería

Los servicios médicos amarillos siguen trabajando con varios integrantes de la primera plantilla. Sandro Ramírez, lesionado con una microrrotura fibrilar en el recto anterior derecho desde al menos el 23 de septiembre, por lo que encara su cuarta semana de recuperación. Aunque el delantero ya había descansado ante el Girona, del 3 de septiembre. Tampoco tiene el alta Nuke Mulu, quien caía un minuto antes del descanso en el encuentro en el Bernabéu, el pasado 27 de septiembre, con la misma dolencia que Moleiro “lesión muscular del bíceps femoral izquierdo”. Afronta el mediocentro el final de su tercera semana de baja.

Sobre Eric Curbelo el club comunicaba el 6 de octubre una lesión muscular en el aductor izquierdo. Por último, el caso de Julián Araujo quien tuvo que ser sustituido ante el Celta. El internacional por México era duda para Villarreal como informaba el técnico y al final no llegó a tiempo para el encuentro en el Estadio de la Cerámica.

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