El padre de todos los derbis para un Espanyol en situación límite

Ni el más cruel de los guionistas hubiera ideado algo así. Otra vez. Si el Espanyol ya confirmó matemáticamente su descenso a Segunda de 2020 con una derrota en el Camp Nou, con el atenuante de que no hubo público aquella noche de julio por culpa de la pandemia, ahora deberá afrontar un derbi en el momento más crítico. En el que fallar significará, virtualmente, una nueva caída a los infiernos para los pericos y, del mismo modo, la gloria para su eterno rival.

La desgarradora derrota de este jueves ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (3-2), tras haber remontado el marcador inicial y después de una hora de un juego prometedor que se quedó en eso, sitúa al Espanyol en un disparadero complicadísimo. Penúltimo, a tres puntos de la permanencia con cinco jornadas en juego. O lo que es lo mismo, obligado a puntuar e incluso a ganar al Barcelona el próximo domingo 14 de mayo (21:00), para que el margen no sea ya insalvable. Lo hará, para bien y para mal, conociendo los resultados de sus rivales directos, que habrán jugado previamente. Y con el buen augurio, acaso el único, de que ya fue el conjunto blanquiazul capaz de empatar en la primera vuelta, en Can Barça, con un gol de penalti de Joselu Mato (1-1).

La necesidad de la supervivencia es obviamente la prioridad en el derbi desde la óptica del Espanyol. Pero es que todo será a cara o cruz. Porque una nueva derrota, y ya van ocho en las diez últimas jornadas, entrañaría no sólo la entrada en un irreversible callejón que conduce a Segunda sino que el Barcelona se proclamaría campeón de Liga en el RCDE Stadium, siempre y cuando no lo haya sido antes, en caso de tropiezos de Atlético de Madrid y Real Madrid. La fiesta y el drama de dos antagonistas históricos en las mismas coordenadas espacio-tiempo.

Para evitar tal escenario, no le queda otra al Espanyol que tomar el mismo camino de sus dos últimos encuentros como local, ante Cádiz (0-0) y Getafe (1-0), en los que dejó la portería a cero y defendió con el balón. Y rodearse del máximo número de sus aficionados, como ha sucedido también en esos dos encuentros con las mejores entradas de la temporada en Cornellà. Porque si un Espanyol-Barcelona motiva siempre, el del domingo 14 es inexorablemente el derbi de derbis.