El nuevo Juan Iglesias

El fútbol, a veces, encuentra soluciones donde menos se buscan. Y el Getafe de José Bordalás ha hallado una de las suyas en Juan Iglesias. El vallisoletano, uno de los jugadores más longevos de la plantilla azulona, vive un momento dulce en su séptima temporada en el club, al que llegó con apenas 20 años procedente del Logroñés para reforzar al filial. Hoy, a sus 27, se ha consolidado como una pieza indispensable en el engranaje defensivo del equipo.

Ante las bajas y la corta plantilla, Bordalás decidió reinventar su defensa y apostar por un sistema de tres centrales, fórmula que ha dado equilibrio al equipo… y nueva vida a Iglesias. Habitual lateral diestro en campañas anteriores, el técnico alicantino le ha retrasado unos metros para actuar como tercer central, y el cambio no ha podido sentarle mejor.

Desde esa posición, Iglesias está ofreciendo su mejor versión desde que viste de azulón. Más sobrio, concentrado y con una lectura táctica que le permite anticiparse con acierto, ha elevado sus prestaciones en casi todos los registros estadísticos.

Números de central contrastado

Sus números lo dicen todo: 3,1 recuperaciones por partido, que ascienden a 5 de media cuando juega como central; 57% de duelos ganados (mejorando el 52% del pasado curso) y solo un regate recibido por encuentro, cuando antes promediaba 1,2. A todo esto añade 4,6 despejes por partido —muy por encima de los 3,2 del año pasado— y una limpieza ejemplar, sin haber visto todavía ninguna tarjeta.

Además, su rendimiento se mantiene constante: 8 partidos disputados, 7 como titular, cifras que confirman su condición de fijo para Bordalás. Pero el futbolista no se ha limitado a cumplir atrás. En el reciente encuentro frente al Levante, Iglesias se estrenó como goleador esta temporada, sumándose a la lista de jugadores que han aportado en ataque. Un tanto que simboliza el crecimiento de un futbolista que, sin hacer ruido, ha sabido adaptarse, competir y reinventarse.

Un veterano en la sombra

El cambio de rol le ha hecho ganar confianza y protagonismo. Como tercer central, Iglesias se siente más liberado para anticipar y corregir, al tiempo que sigue aportando su intensidad habitual. Su fiabilidad y disciplina táctica encajan a la perfección con el estilo Bordalás: firmeza, concentración y sacrificio constante.

A día de hoy, Juan Iglesias representa la esencia del Getafe más reconocible. Un jugador que ha crecido dentro del club, que ha sabido esperar su momento y que, con trabajo silencioso, se ha convertido en una referencia en el vestuario. Siete años después de su llegada al filial, el madrileño vive su madurez futbolística con la camiseta azulona… y lo hace desde una posición en la que pocos le esperaban, pero donde más está brillando.

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