El modelo de Chen, agotado: va a perder 40 millones en tres años

Las avanzadas negociaciones para la venta del Espanyol a un grupo estadounidense tienen ya sentido a simple vista, con la falta de inversión por parte de Chen Yansheng, el actual propietario del club, en los últimos tiempos. Pero se comprende todavía más con las cuentas de la entidad, que a priori se presentarán en la Junta de Accionistas del próximo 13 de diciembre, y a las que AS ha tenido acceso. Unas finanzas que muestran, casi siete años después del aterrizaje de Rastar Group en el club y del saneamiento de una deuda galopante, un modelo agotado.

A 19,9 millones de euros ascienden las pérdidas a cierre del ejercicio 2021-22, esto es, a fecha del pasado 30 de junio. Era de prever, pues ni se clasificó el Espanyol para Europa ni materializó ninguna venta antes de esa fecha, aunque amortiguadas eso sí por los ingresos procedentes del fondo CVC. Lo que sí plasmó fue su segunda temporada consecutiva con pérdidas, un hecho hasta entonces inédito en la era Chen, tras los 11,4 millones negativos en la temporada 2020-21, con el equipo en Segunda y el azote de la pandemia. Pero no hay dos sin tres, eso es lo más alarmante, y en sus presupuesto para el actual ejercicio 2022-23 prevé el club de nuevo cerrar con pérdidas, obviamente a la espera de un nuevo propietario.

Serán nueve millones los que se dejará por el camino el Espanyol esta temporada, incluso después de haber traspasado a Raúl de Tomás al Rayo Vallecano, por ocho millones fijos (más tres variables) el pasado septiembre. O quizá precisamente por ello. La nefasta gestión con la venta del delantero, cuya cláusula ascendía a 70 millones, ha causado un brutal impacto negativo en las previsiones de las dos últimas campañas, desde el punto de vista económico, y ya no digamos deportivo.

Porque a 40,3 millones ascenderán, si un dueño venidero no lo remedia en breve, las pérdidas del Espanyol en el periodo que comprende de 2020 a 2023, que prácticamente coinciden con los 38 millones que Chen cubrió en la última de sus tres ampliaciones de capital, a mediados de 2021, de modo que las aportaciones del presidente han servido únicamente para compensar la gran causa de este descuadre: la ausencia de traspasos significativos de jugadores, con los que se contaba como única fórmula para cerrar cada año en positivo. Lejos de conseguir ese objetivo, el club ha ido perdiendo activos.

La revolución en la plantilla ahorra 15 millones

No en vano, el otro dato llamativo de las cuentas que se presentarán en la Junta de Accionistas son los gastos de personal. Dicho de otro modo, el dinero que realmente se ha ahorrado el Espanyol con la drástica revolución que el club practicó en la plantilla el pasado verano, y que desde el punto de vista deportivo está claramente lejos de dar sus frutos, al menos por ahora. El coste de personal ha pasado de 61 millones la pasada temporada a 46 la actual, por lo que se ha reducido en 15 millones. Y ni con esas se cerrará en positivo el ejercicio.

A bote pronto, y a falta de una ‘due dilligence’ que acabaría de mostrar el estado real y al minuto de las finanzas pericas, lo que arrojan estos números es que el Espanyol de Chen no tiene mayor recorrido salvo que el actual propietario vuelva a invertir como en los viejos tiempos y que, si finalmente se materializa la venta de la entidad, el nuevo dueño deberá contar con un añadido a los 250 millones que pueda dejarse en la mera transacción, de al menos entre 30 ó 40 millones más para invertir principalmente en el área deportiva, de modo que con fichajes se revalorice la plantilla y se aspire a cotas más altas. Es decir, que realmente se puedan generar ingresos ya sea con ventas o mediante la competición europea. Salvarse no es suficiente. Ni digamos ya descender…