El milagro de los panes y los peces de Corberán

El Valencia seguirá siendo uno de los cuatro clubes de España que no han pisado la Segunda División en lo que llevamos de Siglo XXI. Los otros son Athletic, Barcelona y Real Madrid, que nunca han descendido. Ello gracias a Carlos Corberán y al cuerpo técnico del que se rodea, que han multiplicado los puntos y el rendimiento de los jugadores blanquinegros como en el milagro de los panes y los peces.

La segunda vuelta del Valencia es de Champions: 29 puntos. Solo Barcelona, Real Madrid y Betis han hecho más puntos en las últimas 15 jornadas. De ahí que en Mestalla se haya pasado de la pesadilla del descenso al sueño por Europa, un escenario en el que el Valencia no habita desde hace cinco años.

Corberán cogió al Valencia en diciembre siendo colista con 12 puntos; ahora lo tiene 12º con 42, a cuatro de la Europa League y a dos de la Conference League (aunque dependiendo de lo que haga hoy el Real Mallorca contra el Girona). El milagro numérico de Corberán tiene nombres y apellidos. Dos casos como ejemplo:

Javi Guerra lleva 3 goles y dos asistencias en la segunda vuelta (solo una asistencia en los primeros 19 partidos) y Diego López ha marcado 4 goles y firmado 3 asistencias con Corberán (por sus 3 goles y 2 asistencias con Baraja).

El Valencia, hasta la fecha, solo ha descendido una vez a Segunda División. Pero ese fantasma de 1986 revoloteó más de una vez este año por Mestalla. En enero, ya con Corberán, el Valencia saltó a jugar contra la Real Sociedad y el Celta de Vigo a sabiendas de que si perdía se alejaba a 7 puntos de la salvación.

Nueve jornadas sin perder

Pero ambos partidos los ganó, como otros ocho más desde el relevo en el banquillo. Entre ellos, el del Santiago Bernabéu. De hecho el Valencia de Corberán solo ha perdido 3 de sus 17 partidos: Real Madrid (1-2), Barcelona (7-1) y Atlético (0-3). De hecho el equipo no pierde desde el pasado 22 de febrero. En total, nueve jornadas acumula sin conocer la derrota.

Con Corberán, todo sea dicho, como apuntan desde dentro, no hay lugar al milagro sino al trabajo. El cuerpo técnico les ha dado respuestas a los jugadores en tiempos que eran convulsos para todos ellos y riqueza táctica para explotar sus recursos. El efecto Corberán tiene otros beneficiarios colaterales. El principal, a ojos de Peter Lim, Miguel Ángel Corona, su valedor.

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