ATLÉTICO

El Metropolitano cambia el paso

El estadio rojiblanco sigue al equipo tras el Mundial y pasa de los nervios a la fiesta para dejar atrás la división y las derrotas (4) para volver a ser un fortín (4 victorias).

DIARIO ASDiarioAS

Si LaLiga hubiera empezado tras el Mundial de Qatar, el Atlético estaría disputándosela al Barcelona, a tan solo cuatro puntos y por delante del Real Madrid; 25 los culés, 21 lo del Cholo. Pero como LaLiga no comenzó a finales de diciembre sino en agosto, el Atlético es tercero en la tabla, a 17 puntos del Barça. Una diferencia que está en el equipo del Cholo, más vertical y contundente, mucho más parecido a todos los Atleti del Cholo que se recuerdan, pero también en su campo. No ha terminado del todo la guerra civil instalada en su grada pero sí, parece, han calado los mensajes que entrenador y jugadores llevan meses soltando. Mejor todos a una. Mejor todos juntos. Por eso, si LaLiga hubiera empezado tras el Mundial de Qatar, al Metropolitano se le llamaría casi fortín.

Los números son un oxímoron. De agosto a noviembre un estrés, todo nervios. De diciembre a ahora, una fiesta. Cuando el Mundial de Qatar cortó LaLiga, el Atleti aparecía en la tabla como equipo de Europa League y gracias. Parecía que tres plazas de Champions ya tenían dueño, el Barça y Madrid de siempre más la Real Sociedad, quedaba una, y el Atleti no era candidato. Derrota a derrota tras la eliminación de la Champions (Cádiz) y Europa en general (Mallorca), derrota a derrota que todo eran dudas, fantasmas, con una foto para el mañana: el último partido antes de Qatar fue la primera ronda de Copa del Rey, ante un Almazán cuatro categorías por debajo contra el que jugaron de inicio siete mundialistas.

Los nervios en el Metropolitano asomaron en el primer partido en casa, cuando aún era agosto y el Atleti venía de un pleno de victorias y un 0-3 en Getafe como inicio de Liga. Segunda jornada y todos los nervios de punta, como si fuera marzo y todas las libretas con las cuentas pendientes en alza, ese enfrentamiento de Hermoso con la grada, de Griezmann, lleno de reproches. El partido acabó 0-2, primer partido en casa de la 22-23 y una derrota. Sería casi tónica. Antes del Mundial, otra derrota (Madrid), dos empates (Rayo, Espanyol) y solo dos victorias (Celta, Girona). Mientras, fuera, al equipo le iba mejor: victorias ante Getafe, Sevilla, Valencia, Athletic y Betis, empate en Anoeta, ante la Real Sociedad. Pero llegó esa eliminación de todas las Europas, Champions y Europa League, y esa zancadilla propia llena de dudas en Cádiz y Mallorca. Peor era en casa. Con esa guerra civil creciendo en la grada y los fantasmas como ululando alrededor de todo.

Los nombres propios

Como un regalo cayó la pausa mundialista sobre los del Cholo. Pausa para pensar, pausa para respirar, pausa para reinventarse. Doce rojiblancos estuvieron en Qatar, cuatro jugaron la final, tres fueron campeones del mundo, muchos han emergido después de esa cita. El primero se llama Mario Hermoso, justicia de fútbol. El central que apenas había participado en tres partidos de Liga antes, después ha sido fundamental, su salida limpia de balón, su personalidad ganadora. El segundo, Koke, ese capitán en el pivote que ha recuperado su mejor forma y que nunca ha dejado de ser capital. El tercero, cómo no, Griezmann, el futbolista favorito del Cholo, su apuesta personal, ese chico al que defendió cuando tenía todo en contra, dimes, diretes, números, comparaciones, cuentas, todo de hace no tanto, ha demostrado por qué su entrenador no dejó de apostar por él, aún el verano pasado, cuando todo lo tenía enfrente de uñas. Griezmann, el jugador de LaLiga, el motor del Atleti.

Y ahí está también el Metropolitano, su oxímoron. El Atleti regresó a las competiciones el 29 de diciembre, en casa y ante el Elche. Pidiendo una unión que rogaba desde el partido en casa de Champions ante el Brujas y que no dejaba de zancadillearse a sí mismo con guerras civiles, cánticos y pitos en dos direcciones. El Atleti fuera de Europa. Victoria. Y una senda a seguir tras ese parón. Su siguiente partido en Liga fue una derrota. Y ya. Una derrota ante el Barça, la última. Los números colgados del viraje del equipo, cuatro victorias (Elche, Valladolid, Athletic y Sevilla, el último con un contundente 6-1). Y ese ritmo que si LaLiga hubiera comenzado entonces le pondría rostro de candidato al título. Con el Metropolitano una fiesta.

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