El mejor según los mejores

Pep Guardiola sigue asegurando a día de hoy lo mismo que decía de Busquets cuando le subió al primer equipo: “nunca juega mal”; Del Bosque sigue firmando bajo la frase que dijo antes de ser campeón en Sudáfrica (“si me reencarnara, querría ser Busquets”), Xavi sigue considerando a Sergio como el mejor socio que ha tenido en un césped, cita que firmarían Iniesta y Leo Messi. Es difícil, por no decir imposible encontrar a alguien que haya jugado al lado o en contra de Busquets que no le alabe. Para los mejores, por mucho que le pese, es el mejor. Bueno, siempre hay excepciones: el jurado del Balón de Oro que casi nunca le ha incluido entre los 30 mejores del continente. Qué Dios les conserve la vista.

Sergio Busquets, con Xavi e Iniesta en el Barça.KIM KYUNG-HOONDiarioAS

Sin hacer ruido, pese a llegar al primer equipo del Barça siendo hijo de un jugador del primer equipo, cosa extrañísima en la historia del club y que el propio interesado se ha encargado de relativizar con la sencillez con la que esconde el balón a los rivales, como sin darle importancia y evitando debates inútiles, Busquets va a cumplir 700 partidos de blaugrana con una hoja de servicios que demandaría una estatua en el nuevo estadio.

Sergio Busquets, en un partido con la Selección.

Ha aguantado Sergio los elogios con la misma elegancia que aguantó las sospechas cuando pasó al primer equipo sin avisar a nadie más que a Pep o cuando, como ahora, empieza a notar que su cara se está haciendo demasiado habitual. Él, que nunca pidió una foto, una portada o un trato diferencial respecto a nadie, seguramente es perfectamente consciente de que mucha gente le tiene muy visto y que en este mundo de monas, eso cansa. El circo quiere nuevos artistas y a los que están muy vistos se les denosta injustamente. En el caso de Sergio, no es que sea injusto, es que debería estar penado con la suspensión de la condición de socio. Mientras, él, seguirá a lo suyo. Hoy, 700 partidos.

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