REAL MADRID

El Madrid y los jugadores ingleses, una historia de luces y sombras

Bellingham se convertirá en el sexto jugador inglés en la historia del equipo blanco. Desde Cunningham a Beckham, con una suerte dispar.

Denis DoyleDiarioAS

Jude Bellingham llega al Real Madrid como el centrocampista del futuro, llamado a ser el relevo de leyendas como Toni Kroos o Luka Modric. Sus actuaciones con el Borussia de Dortmund, el equipo que apostó por él cuando apenas iba a cumplir 17 años, le han convertido en uno de los jugadores jóvenes con mayor proyección internacional, así como un fijo con Inglaterra. Nacido en Stourbridge, una localidad perteneciente al área metropolitana de Dudley, a unas tres horas de Londres, creció en las categorías inferiores del Birmingham antes de ser captado por el equipo alemán.

Su llegada al Real Madrid le convierte en el sexto jugador inglés de la historia del club blanco. Y es que para los futbolistas ingleses, el mercado español nunca ha sido muy apetecible. De hecho, apenas una veintena de jugadores ingleses han militados en equipos de la liga española. El club blanco es el que más ha apostado por jugadores de Inglaterra. Aunque su suerte fue dispar, el caso de Bellingham es especial. Se trata del único de ellos que no llega directamente de la Premier, sino que ya sabe lo que es jugar en el extranjero. Sea como fuere, así les fue a los cinco predecesores del flamante nuevo fichaje blanco.

Laurie Cunningham

El primer inglés en vestir la camiseta blanca fue Laurie Cunningham, un delantero londinense que recaló en 1979 procedente del West Bronwich, por unos 175 millones de pesetas, un auténtico dineral para la época. De hecho, fue el fichaje más caro en su momento de la historia del Real Madrid. Conocido por ser el primer jugador negro en debutar con la selección inglesa, no tuvo demasiada suerte en la capital. Las lesiones hicieron que apenas jugara 44 partidos en cuatro años, y marcó 13 goles. Sin embargo, sí dejó un partido para el recuerdo. Fue el 10 de febrero de 1980 en un clásico en el Camp Nou. Su exhibición fue tal que el público del Camp Nou ovacionó a la Perla Negra. Posteriormente militó en el Sporting y en el Rayo Vallecano en dos épocas diferentes.

Laurie Cunningham, en 1980, en el partido de vuelta de octavos de la Copa de Europa entre el Real Madrid y el Oporto.

Steve McManaman

En 1999, el Real Madrid fichó a todo un ídolo del Liverpool, Steve McManaman, un centrocampista elegantísimo que encima llegó sin coste. En parte, por el interés del jugador en ganar la Copa de Europa, algo que logró de blanco en dos ocasiones. Le costó adaptarse, pero también tuvo apoyos y mentores como Michael Robinson. Finalmente, una vez entró en el equipo dio un buen rendimiento. En esa primera temporada marcó quizá su gol más recordado, una preciosa volea en la final de la Champions ante el Valencia. A pesar de que la política de fichajes galácticos le puso en la rampa de salida, su buen juego y su capacidad de adaptarse a su rol le permitió quedarse y ganar una segunda Champions. Su marcha en 2003 coincidió con la llegada de Beckham. En 158 partidos marcó 14 goles y repartió 29 asistencias.

McManaman, y su gol ante el Valencia.Diario AS

David Beckham

El fichaje más mediático de la historia del fútbol, por su cartel y por motivos extradeportivos. Seducido por Florentino Pérez cuando era un objetivo del Barça, acabó dando un buen rendimiento en el club blanco a pesar de todo el revuelo y unas expectativas altísimas. En el plano deportivo, había triunfado en el Manchester United, donde era líder en el campo y, por encima de todo, un golpeo de balón excelso. Llegó en 2003 por 35 millones de euros para encajar en el Real Madrid de los galácticos y lo acabó logrando a base de bajar su perfil. No le importó abandonar la banda en la que jugaba en el United y bregar en el centro del campo, además de ser una amenaza continua en el balón parado. En sus cuatro temporadas, jugó 159 partidos, con 20 goles y unas destacables 52 asistencias. Un rendimiento decente, aunque siempre a la sombra de los Zidane, Figo, Raúl...

Michael Owen

Otro referente del Liverpool que fue objeto de deseo madridista hasta que lo acabó consiguiendo en 2004. Sin embargo, en este caso su rendimiento fue claramente peor de lo esperado. A pesar de que su coste no fue exagerado (unos 12 millones), su inicio fue decepcionante, llegando a ser acusado de empezar fuera de forma. Eso le lastró en sus inicios, aunque una buena racha (marcó en seis encuentros seguidos) le acabó reconciliando. Sin embargo, el Balón de Oro 2001 (el que para muchos pudo ser de Raúl) no pasó de ser el recambio de Ronaldo Nazario. Anotó 14 goles en 41 partidos en su única temporada antes de marcharse al Newcastle.

Michael Owen.SERGIO PEREZREUTERS

Jonathan Woodgate

Llegó junto a Owen, pero este central con buena fama en Inglaterra por su papel en el Leeds y, sobre todo, en el Newcastle. Con fama de sacar el balón jugado y capaz de ser un gran marcador, como demostró con las ‘urracas’ en Europa. Costó 22 millones, pero nunca llegó a entrar en el equipo por sus continuas lesiones. En su primera temporada no pudo disputar ningún partido y en la segunda, 14, con un gol marcado.

Jonathan Woodgate.JESUS AGUILERADIARIO AS

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