El Madrid busca asegurar otro talento

La maquinaria de los despachos de La Fábrica para ir sellando la continuidad de los canteranos blancos más prometedores no se detiene. Uno de los próximos en ampliar su vínculo a largo plazo, si finalmente todo sucede como ambas partes desean, es el lateral Álex Moya (16 años). Según pudo saber AS, el club quiere renovarlo hasta 2025 para asegurarse la línea de laterales derechos del futuro con la participación del alcarreño. Este movimiento le llevaría, de seguir los cauces como están previstos, al menos hasta el Castilla...

Con Moya, fichado por el Madrid del Salesianos Guadalajara hace seis años cuando apenas era un Alevín, el Madrid dispone de un lateral diestro muy sólido que desde que aterrizó en la cantera blanca siempre ha sido titular. Un seguro de vida para sus técnicos. Por eso el club, aunque le tenía bajo contrato hasta 2024, está pendiente de extender en las próximas semanas la vinculación un año más, hasta 2025, con una serie de mejoras. La próxima temporada la empezará en el Juvenil B que dirigió la pasada campaña Fran Beltrán.

Moya forma parte del plan en Valdebebas para asegurarse a largo plazo la continuidad de sus laterales derechos. Si hace unas semanas la entidad blindó por todo lo alto a Álex Jiménez (también generación de 2005) con un trayecto que le tiene que llevar, casi con seguridad, al primer equipo, el Madrid sienta las bases de lo que viene junto a él con Álex Moya.

El ‘dos’ nacido en Guadalajara ha estado preparando el salto hacia las categorías más potentes de la cantera blanca poniéndose en manos de una agencia de representación con mucho peso, Stellar Group, que lleva los asuntos de Camavinga y del ahora exmadridista Gareth Bale. También, desde esta misma semana, trabaja con otro canterano blanco, Diego Martínez, centrocampista getafense y uno de los Cadetes más destacados tanto del Madrid como de la generación de 2007. Es un futbolista total, tras coronarse como pichichi del Cadete B en la pasada campaña 2021-22 y lográndolo además tanto desde su posición natural (es un seis en campo) como desde su habilidad para interpretar el juego también en una posición algo más adelantada e incluso como central.