⁠El limbo ofensivo de Haller

Sébastien Haller (30 años) sigue instalado en un limbo de rendimiento del que no consigue salir. Cinco jornadas de Liga (cuatro titularidades, una suplencia, 323 minutos en total) aún no han sido suficientes para que el costamarfileño, en su día fichado por el Borussia Dortmund para reemplazar a Haaland, haya visto puerta en competición oficial. Ocurre, además, que lejos de ir mejorando, cada jornada parece más aislado. Más melancólico en un ataque no sabe aprovechar sus virtudes de goleador contrastado. Ahora, una lesión de cadera le ha apartado de la convocatoria con su país para el vigente parón de selecciones, además de ausentarle de los entrenamientos de un Leganés que espera recuperarlo para la visita al Metropolitano del próximo 20 de octubre.

Allí marcó su único gol en Champions el curso pasado. Fogonazo de añoranza que quizá le sirva para hacer lo que, en realidad, ya logró ante el Betis y Athletic. En ambos partidos Haller vio puerta, pero en posición ilegal. Desde entonces, sus aportaciones ofensivas han sido cada vez menores. En su última participación ante el Valencia, repitió la poca presencia en el juego del equipo que ya tuvo una jornada antes contra el Rayo. Frente a los che, tocó sólo 18 veces la pelota y no remato. Un balón bloqueado en un testarazo fue su máxima aportación ofensiva. Casi la nada.

Sólo nueve toques en área rival

Está siendo la tendencia de una participación que, en números, habla de un bagaje ofensivo bajo. En esos 323 minutos repartidos en cinco partidos, Haller sólo ha rematado cuatro veces, con un único tiro entre palos. De los 108 veces que ha tocado la pelota, sólo nueve han sido en área rival. Ante el Getafe (jugó 16 minutos), no tuvo ni la oportunidad de rascar bola en la zona de castigo azulona.

“No creo que Haller se desmotive. No me preocupo por Seb. Tiene gol y acabará haciéndolo”, valoraba tras el partido Borja Jiménez, entrenador de los pepineros. El técnico desveló que Haller jugó con molestias “en el pubis”. El jugador se lo avisó al médico al descanso, pero se decidió que continuara jugando hasta el minuto 63′, cuando lo reemplazó un Miguel de la Fuente con el que los pepineros jugaron mejor. “Ha sido porque hemos ganado en templaza para crear esas ocasiones”, explicaba el mismo Borja, que justificaba la mejoría ofensiva en mecanismos colectivos y no en cuestiones individuales que atañan a Haller o a Miguel.

La adaptación de Haller

Precisamente el entrenador abulense avisó ya en la previa que su Leganés no iba a jugar al servicio de Haller, sino que debía ser el ariete, con su calidad, el que se amoldara a los recursos de los pepineros. “Yo creo que es un delantero que se adapta. Tiene condiciones muy buenas dentro del área. Hay opciones de jugar con muchos sistemas. Lo importante es que es complementario. Va en sintonía de lo que queremos. Con diferentes matices. Nos da un registro nuevo que no teníamos. Eso enriquece la plantilla”, argumentaba.

Pero, por el momento, esa riqueza no ha explotado en forma de goles en un Leganés que, además, está experimentando mecanismos de juego en los que sólo se acumulan dos o tres futbolistas de perfil claramente ofensivo. En las dos últimas alineaciones, a Haller lo ha acompañado Juan Cruz (extremo en la derecha) y Altimira, un lateral derecho reconvertido a extremo en la izquierda.

Con sólo ocho minutos compartidos junto al mismo Juan y Miguel de la Fuente, la ausencia de compañeros de ataque no termina de metabolizar bien en un futbolista que causó shock con su fichaje en el último día del mercado estival, pero al que el Leganés todavía no ha sabido sacarle el rendimiento ofensivo que de él se esperaba desde aquella noche del 30 de agosto.

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