El legado de Joaquín

El adiós de Joaquín es una realidad. Se marchó la leyenda y el Betis comienza una era sin él en la que deberá encontrar algunas vías de liderazgo que sin duda quedarán en la añoranza. “Cuando me voy le digo a Guardado que no puede haber mejor capitán que él. Que el legado no puede estar en mejores manos”. Así se pronunciaba sobre ello el portuense al vislumbrar un futuro del plantel sin su presencia. Es un líder. Una voz respetada e idolatrada a la vez en un vestuario que pretende dar continuidad a este crecimiento que llegó de la mano de Pellegrini y bajo esa batuta inigualable del mito gaditano.

El legado de Joaquín va más allá de todo lo que hizo sobre el césped. Sus minutos en las últimas campañas quedaron minimizados, pero su carácter y su capitanía fueron baluartes intocables. Ahora en Heliópolis se buscan líderes que expongan argumentos similares y el portuense no duda en creer que los hay: Guardado y Canales tomarán las riendas de un vestuario capacitado para iniciar la aventura sin uno de sus pilares. Y Pellegrini es consciente de que ese legado queda en las mejores manos posibles.

Guardado espera rubricar su renovación de contrato de forma inmediata. Hay un acuerdo total para que siga esta temporada y tanto el club como el técnico expusieron sus visiones acerca del papel que debe tener en este Betis venidero. Aún tiene fútbol. Y también tiene una capacidad de liderazgo que convence a todos. Ese grado de experiencia y de sentirse parte de este club elevan aún más esa garantía para ganarse una renovación de contrato en Heliópolis. Pasa algo similar con Bravo. Pellegrini quiere que cada pieza joven y cada fichaje que llegue tengan el mejor apoyo posible en su grupo. Que nadie toque esa unión que fue parte del éxito de estas tres temporadas. Con Joaquín, que seguirá cerca, como principal director de la orquesta.