El jefe acaba contrato

A la mayoría del celtismo le preocupan tres asuntos por encima del resto y el orden de los mismos es el siguiente: primero, la permanencia de su equipo en Primera; segundo, saber qué va a pasar con su flamante entrenador Claudio Giráldez cuando concluya la temporada; y tercero, la renovación de Renato Tapia. El peruano acaba contrato el 30 de junio y a menos de tres meses para que expire su vinculación con el club vigués sigue sin anunciarse un acuerdo que todas las partes parecen desear. Mientras el futuro del capitán sin brazalete de la plantilla celeste continúa en el aire, el mediocentro se perfila como el principal candidato a ocupar el eje de la zaga de tres centrales en el tramo final del campeonato.

“Estamos negociando con Tapia”, aseveró Marco Garcés el 4 de enero. Desde entonces, este culebrón se mantiene en stand by. El pivote de 28 años, a quien la entidad olívica le buscó desesperadamente destino el pasado verano, ha pasado de transferible a futbolista que interesa y mucho en A Sede para el próximo proyecto. Este cambio radical se debe principalmente al nivel ofrecido esta campaña, nada que ver con el de las dos anteriores.

El ex del Feyenoord ha vuelto a ser el jugador que encandiló en su primera campaña en Vigo, en la 2020-2021. Con Rafa Benítez alternó el puesto de central con el de mediocentro y no sólo recuperó la condición de titular, sino que se echó al equipo a la espalda desde las últimas semanas del otoño hasta que el 25 de febrero cayó lesionado en Cádiz. Durante su ausencia en los terrenos de juego se ejecutó el relevo en el banquillo de Balaídos y con Giráldez todo apunta a que va a ser el elegido para un puesto que ya se ha cobrado dos víctimas.

Tapia reapareció en la última jornada. Sustituyó durante el descanso del duelo frente al Rayo Vallecano a Carl Starfelt. El sueco no se había encontrado cómodo en el rol de libre, una posición en la que había naufragado Unai Núñez en el anterior partido. La línea de tres centrales mejoró con la entrada del peruano, aunque la prueba no duró demasiado. Una molestia física llevó al cuerpo técnico a adelantar la posición del ‘5′ al centro de campo para no correr riesgos dejándolo como último hombre.

Con el parón por la fina de la Copa del Rey como aliado para ponerse a tono, se espera que el limeño ejerza káiser de la zaga este viernes en el Benito Villamarín. Escoltado por Óscar Mingueza y Carlos Domínguez, las cualidades de Tapia encajan con lo que exige jugar en el medio en una línea de tres. El Celta de Giráldez, diseñado para llevar la iniciativa, ganaría mucha salida de balón. Si se adapta satisfactoriamente al rol de jefe de la defensa, la triple incógnita del celtismo probablemente se despeje tal y como anhela casi toda la afición.

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