El ‘hueso’ azulgrana del Alavés

No es Barcelona una plaza que se le dé especialmente bien al Deportivo Alavés, sobre todo en los tiempos recientes. En el cómputo global de cruces entre ambas escuadras, 2 puntos de 33 posibles son su última tarjera de visita. En septiembre de 2016, en cualquier caso, el Glorioso dio la campanada con una victoria por 1 a 2, con goles firmados por Deyverson e Ibai Gómez. La segunda muesca conseguida en el templo blaugrana fue en la 1999-2000 en las botas de Nan Ribera, perico confesó. Mané estaba en aquel banquillo.

En los últimos años, considerando once enfrentamientos en Mendizorroza y en el Camp Nou, sólo se han sumado dos empates, uno en Vitoria y otro en Barcelona. Pero el resto de cruces han sido con victoria blaugrana, algunos de ellos con goleadas sonrojantes. La superioridad culé ha sido evidente tanto en casa como en los desplazamientos. La diferencia de presupuesto es descomunal.

En 2017 hay un 3-1 en Madrid en la final de la Copa del Rey. El partido se disputó en el estadio Vicente Calderón y el autor del gol albiazul, de falta directa, fue Theo Hernández. Cerca de 20.000 aficionados vitorianos poblaron las gradas de ese campo pero el conjunto catalán resolvió el partido con cierta solvencia. Pellegrino era el entrenador de aquel equipo y por no cobrar las primas que sí se repartió la plantilla, todo terminó en los tribunales.

Tampoco es muy habitual que los dos clubes se crucen en Primera división. El Alavés ha militado en su historia en contadas ocasiones en la máxima categoría: a finales de los años 30 del siglo pasado, a mediados de los 50 y en los 90. Luego también lo hizo con Piterman en la presidencia y, seis años consecutivos tras el ascenso de Bordalás. Hace dos años bajó a Segunda y este pasado verano recuperó la categoría en detrimento del Levante Unión Deportiva.

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