El ‘hate’ en las redes ahora se ceba con Riquelme

Con Morata en Milán, el ‘hate’ en las redes sociales rojiblanca han encontrado un nuevo objetivo: Rodrigo Riquelme. Canterano, profundamente rojiblanco y, además, como en el caso de Álvaro, buen chico. Y gran futbolista. Que eligió quedarse en el club a pesar de las ofertas que en las dos últimas temporadas han llamado a su puerta para cambiarlo por otros. Su sueño, y su reto, es triunfar en casa, en el Atleti, aunque esta temporada no le estén saliendo las cosas como la anterior. Su error en Mallorca, en una jugada en la que cuando conducía el balón, en un dos contra uno, en vez de pasársela a Correa, decidió tirar y el portero la paró (algo que después criticó Simeone en rueda de prensa), es lo que ha encendido esta mecha. Un aluvión de insultos y faltas de respeto que han provocado que el futbolista haya tenido que bloquear, de momento y tras el partido ante el Slovan del miércoles, los comentarios a sus publicaciones en Instagram.

Roro no está pasando un buen momento deportivo en el inicio de esta 24-25. El lugar que había conquistado la pasada, en la que jugaba con más minutos y confianza, con un lugar en el once que disputaba con Lino e iba entrando con regularidad para ocupar un puesto, el carril izquierdo, que, por cierto, no es el natural de ninguno de los dos, ambos jugadores con un perfil más ofensivo. Ahora, con la entrada de Galán en el once y el cambio de sistema tanto el brasileño como Riquelme juegan menos y, cuando lo hacen, quizá por la presión, por el tratar de aprovechar esa oportunidad, ese minuto para demostrar todo el fútbol que tienen, erran o se equivocan, como en Mallorca, lejos de su mejor versión, esa que brota cuando uno juega con confianza y sin grilletes mentales, aunque sean pocos minutos.

Y Roro parece encogido, con todo su talento como en voz baja. Alto, a su alrededor, sobre todo en ese mundo que son las redes sociales lloviéndole encima, recriminándole cualquier cosa, buena o mala, solo por ser él. La temporada pasada el propio Riquelme ya demostró ser una persona fuerte de cabeza cuando, tras marrar una ocasión al final de la vuelta de los octavos ante el Inter que hubiera significado en ese momento atar una prórroga que ataría justo después Memphis, pidió tirar uno de los penaltis de la tanda... Para marcarlo con un gran disparo, sin un ápice de titubeo. Pero en las últimas semanas, sobre todo después del Mallorca-Atlético es tal el aluvión de odio que está recibiendo en Instagram, por ejemplo, que ha bloqueado los comentarios en las publicaciones deportivas. Todos iban por el mismo lugar. El insulto, lo personal y las faltas graves de respeto. No así en las solidarias, en los de las campañas y los actos para las que Riquelme siempre está disponible, para ayudar, para sumar, con los comentarios abiertos y, por cierto, llenos de apoyo al Riquelme jugador y halagos al Riquelme persona. Es un futbolista, como le pasaba al propio Morata, noble y de gran corazón, uno de los jugadores de la primera plantilla más queridos y apreciados por el vestuario precisamente por eso, porque es una buena persona, que lo que necesita son mimos, aplausos, cariño, para recuperar su mejor nivel, no este ‘hate’ que nunca ayuda. A nadie.

Ya lo decía el propio Riquelme este verano, en una entrevista con AS en la que hablaba, precisamente, de la situación que había vivido Morata en sus últimos meses como rojiblanco: “Lo que ocurre con Álvaro es que es una persona que es todo corazón, es noble y en la sociedad que tenemos en España a la gente que es buena, hace cosas por los demás y se entrega sin ningún tipo de interés parece que tendemos a atacarla y a señalarla como débil. Para mí Álvaro es un grandísimo ejemplo a nivel futbolístico y personal”. En estos momentos bien podría referirse a lo que está viviendo él.

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