El Girona vuela hacia la Champions League

El Girona quiere jugar la Champions League la próxima temporada. Y no solo quiere, sino que sigue acumulando méritos tras ampliar su aura triunfal en Montilivi, donde ha ganado ocho de sus últimos diez partidos. Osasuna se topó con un conjunto mandón y al que si se le deja jugar, te arrolla. Portu, en la primera mitad, y Savinho, en la segunda, dejaron en la lona a los de Arrasate con sus goles y ‘regalaron’ los tres puntos a un bloque gerundense que tuvo el mérito de no sufrir en ningún momento por la victoria. El triunfo, además, tiene premio para el Girona: vuelve a la segunda posición y retrasa al Barça a la tercera.

La incesante lluvia que cayó sobre Montilivi no hizo mella en un duelo de poderío y en el que el Girona no tardó en hacer gala de su fortaleza: la variedad táctica. Es una delicia ver a Miguel moverse con libertad para crear superioridad en el centro del campo y llegar al ataque y a Blind tomar riesgos para superar las líneas de presión de Osasuna. Torró y Moncayola se desplegaron en la medular para intentar achuchar a los gerundenses, aunque la circulación de balón que imprimieron Aleix García, Iván Martín y Tsygankov hundió a los de Arrasate en su área. Ahí, en campo contrario, el Girona brilla y, en el minuto 13, llegó el 1-0. Tsygankov asistó a Portu y el atacante, con un disparo cruzado, superó a Sergio Herrera. La zaga de Osasuna pidió fuera de juego, pero Catena habilitó a Portu.

Pocos jugadores destilan el sentimiento y ADN rojiblanco de Portu, de ahí su beso al escudo en la celebración, y él fue quien, una vez se volvió a sacar de centro, dio ejemplo y corrió para volver a colgar del palo a Osasuna. Este Girona quiere jugar la Champions el próximo curso y no quiere sustos. Pero claro el rival también juega y Osasuna intentó levantarse de la lona. El problema fue que Budimir no encontró apenas espacios y las únicas ocasiones fueron dos disparos desde fuera del área de Mojica y Moncayola que no obligaron a Gazzaniga a intervenir.

Tras el descanso, Osasuna salió mandón y con el objetivo de ir a buscar al Girona a su campo. La presión fue alta, aunque no estuvo acompañada de ocasiones de gol. El Girona reaccionó entonces y empezó a ir al galope con Savinho. El brasileño, en el minuto 62, pidió penalti por un empujón de Catena, pero el colegiado Busquets Ferrer no dudó en pedirle que se levantase del suelo y el VAR le dio la razón. La acción, lo cierto, es que estuvo muy al límite porque hubo empujón, aunque, a entender del árbitro, no lo suficiente como para señalar la pena máxima. Con enfado para el Girona, la acción siguió, acabó en córner, y se estuvo apunto de gritar el 2-0. Sergio Herrera, con una parada portentosa, lo evitó al lucirse ante el cabezazo de Dovbyk. Tras este susto, Arrasate agitó a su equipo, pero este Girona no se arruga. Va, va y vuelve a ir. Al final, cuando Osasuna intentó a ir a por el empate se topó con un conjunto rojiblanco excelente. Stuani avisó en el 82′, pero el festival lo iba a dar, otra vez, Savinho. En el 85′ se le anuló un gol por una falta de Stuani y solo un minuto después se desquitó. El 2-0 hizo justicia. Para el Girona y un Savinho que, si no lo es ya, va para jugador mundial.